Después de muchas conjeturas y siete meses de incertidumbre, el campeonato argentino adquirió nombre, formato y cronograma. Comenzará el 30 de octubre y finalizará el 17 de enero. Existen muchos argumentos para fundamentar la poca atracción que la competencia doméstica genera: torneo corto, falta de público en los estadios, los cupos a copas internacionales ya están definidos en su gran mayoría, los puntos no cuantificarán en la tabla de promedios, etc. Pero más allá de todas esas realidades archiconocidas, la buena noticia es que la pelota vuelve a rodar. Y en ese contexto, Newell’s tiene la oportunidad de plasmar en cancha todo lo que insinúa en los amistosos y lo que entrevé a partir de su interesante plantel. Claro que muchos equipos tienen las mismas aspiraciones y el trayecto no será nada sencillo.
El primero paso será sortear la dura zona que le tocó, sin dudas, la de más jerarquía. La Lepra, Boca, Lanús y Talleres se debatirán por dos lugares en la Zona de Campeonato. A priori, el formato y la zona no favorecieron a los de Kudelka. Sin embargo, hay razones para considerar que la clasificación es posible. Boca tiene como máximo objetivo ganar la Libertadores, Lanús pretende protagonizar la Sudamericana y Talleres se desprendió de ocho titulares. Además, el Xeneize va a perder a varios titulares durante la fecha FIFA de noviembre. Mientras que Newell’s, durante esta interminable pretemporada, conservó a la mayoría de sus futbolistas y sumó a Scocco. Otro aliciente es que ahora podrá disfrutar con mayor continuidad de Pablo Pérez y Sebastián Palacios, dos jugadores que llegaron a principios del 2020.
Los desafíos colectivos serán mantener la solidez defensiva – para ello es fundamental que Fontanini se afiance como primer zaguero- , determinar el acompañante de Pablo Pérez y Julián Fernández en mitad de cancha y fortalecer la generosa idea de juego del entrenador.
Claro que, en este análisis previo, también hay que remarcar que el Rojinegro no podrá contar con la presencia del público, un verdadero estímulo para cada partido que jugaba de local. Si bien este indicador es para todos por igual, pocos estadios son tan inexpugnables como el Coloso con el fervor de su gente. Tan cierto como que La Bombonera, La Fortaleza y el Kempes también fueron bastiones para los rivales. Y aunque los antecedentes pierden fuerza producto de toda el agua que corrió debajo del puente en este año tan particular, los datos indican que NOB no venció a ninguno de los tres rivales en la última temporada: fueron empates 1 a 1 ante Lanús y Boca y derrota ante Talleres por 1 a 0 en la Docta.
En los últimos años, Newell’s nunca había contado con un escenario tan propicio, especialmente en lo que respecta a cuestiones internas. El plantel es de jerarquía, hay futbolistas de mucha experiencia y el entrenador ya mostró credenciales. Pero el formato inusual y el cronograma acotado dejan lugar a muchas sorpresas que pueden surgir. Por esto el “sorteo” despertó tanto interés. Esta vez, para lograr el título no hay que ganarles a todos y quizás ni siquiera se consagre el mejor. Se va a premiar a un campeón por lo que resulte de dos meses y medio de competencia. Y todo en una trama atípica: después de tanta inactividad pueden existir lesiones con mucha frecuencia. Y los hipotéticos casos de Covid se presentan como una amenaza más. Por eso será determinante la experiencia que transmitan los referentes y la sabiduría de entrenador.
A juzgar por todos los factores ya mencionados, la formación leprosa parece ubicarse en un segundo lote de equipos que tienen grandes aspiraciones pero están un escalón por debajo de River, Boca y Racing. En ese peldaño subsiguiente, junto a los de Kudelka, también pueden referenciarse a Lanús, Vélez, San Lorenzo y Estudiantes. Lógicamente, son muchos pretendientes para un desafío que tendrá a una sola institución en el trono. Y en una hipotética clasificación a la segunda etapa, la Fase Campeonato, no habrá lugar para la especulación: solo el mejor de los seis clasificados avanzará a la final. El margen de maniobra es ínfimo y quién mejor se adapte a este minitorneo contará con un plus.
Lo innegable es que el panorama cambió. Hoy el Rojinegro mira la tabla de arriba, sueña a lo grande y aspira a mejorar lo que hizo en la última Superliga, donde sacó boleto para regreso al plano internacional. Por eso, más allá de la situación camaleónica del fútbol argentino y del poco ortodoxo sistema de competencia, NOB debe hacerse cargo de la situación y, como manifestó Scocco, “asumir la presión de ser candidato”.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s