El partido del domingo es un campeonato sin trofeo. Al menos así está planteado en la ciudad. Y así se refleja en la previa, durante el encuentro y en los días posteriores a cada edición. Este presenta varias particularidades. Porque se jugará sin público, es el primero desde septiembre del 2019 y se disputará en medio de la participación de ambos clubes en la Copa Sudamericana. De hecho, la Lepra inició la semana previa debiendo jugar dos encuentros hasta el partido ante su eterno rival. Es tan fuerte la intensidad con la que se viven que hasta los duelos internacionales de ambos quedaron en un segundo plano. Incluso, el honor y el orgullo priman sobre las estadísticas, porque en la Copa de la Liga los números no favorecen ni a Newell’s ni a Central.
Pese a que se trata de una semana atípica, con mucha actividad y poco tiempo para descansar y entrenar, los técnicos cumplen un rol determinante. Y Burgos brindará señales con el equipo que ponga en cancha. A juzgar por lo que manifiesta y lo que pone en práctica y a pesar de la deficiente performance ante Libertad, difícilmente modifique su 5-4-1 predilecto. De no mediar inconvenientes, Cacciabue y Negri serán los carrileros. Y en la zaga, es un hecho que Lema y Cabral iniciarán el partido. Resta definir si Capasso se ubicará como stopper derecho o lo hará Calcaterra quien, paradójicamente, rindió mejor en defensa que en su posición natural.
En la mitad, Pablo Pérez es un estandarte y seguramente cuente con la compañía de Sforza. Por supuesto que existen variantes más osadas como la inclusión de Belluschi o Formica pero el equipo carecería de contención. Por las bandas hay varios interrogantes por resolver. En el sector derecho, Cingolani parece ganarle la pulseada a Alexis. Mientras que por izquierda, todo depende de lo que suceda con Cristaldo. Si está en óptimas condiciones, será titular. Si no juega, se abre un gran abanico de alternativas porque en ese puesto Burgos ya probó con Marcioni, Sordo y Giani, quien sacó una luz de ventaja por su destacable ingreso ante Libertad.
Por otro lado, en ofensiva, se cae de maduro que Maxi será titular. Porque fue preservado ante Libertad y porque, por peso propio, es un nombre muy representativo para este tipo de encuentros. En la previa parece difícil que compartan cancha desde el inicio con Scocco, porque un hipotético ingreso de Nacho significaría un cambio de esquema o implicaría que Maxi tenga la misión de hacer un recorrido más amplio por las bandas. Sin embargo, como se trata de un duelo con muchos rasgos especiales y singulares, queda la puerta abierta para alguna sorpresa táctica o innovación del entrenador.
Y como no podía ser de otra manera, en tiempos de análisis exhaustivos, no se puede soslayar las características del rival con sus defectos y virtudes. Central es un equipo que tiene un andar irregular y que también empieza a acumular el desgaste de la doble competencia. El Kily González conformó un bloque con identidad, que se destaca por ser intenso, presionar alto y asumir el protagonismo. Muchas veces es precisamente este rasgo el que lo priva de sumar puntos porque la defensa presenta debilidades y en varias ocasiones el conjunto queda mal parado y tiene inconvenientes para retroceder. Con luces y sombras, genera muchas ocasiones de gol pero carece de efectividad y resolución en ambas áreas. Un punto a favor es la presencia de jugadores experimentados y comprometidos con el club que conforman la columna vertebral: Broun, Vecchio y Ruben.
En el medio, el local presentará algunas bajas. Rinaudo sufrió una lesión de gravedad y Rabuñal, que llegó para reemplazarlo, corrió la misma suerte. A esto se le suma la expulsión de Villagra ante Estudiantes, que implica indefectiblemente la elección de Ojeda como ‘5’.
Un aspecto no menor en estos cotejos equilibrados es la pelota parada. Resulta una manera oportuna de destrabar cerrojos defensivos. De hecho, la propia historia rojinegra brinda antecedentes valiosos de futbolistas que quedaron marcados a fuego por goles convertidos por vía aérea. Gamboa, Pochettino, Domizzi, Crosa, Maidana, Garay, Lema, etc. permanecen en la retina del hincha por haber anotado tantos que representaron triunfos clásicos y alegrías para el pueblo rojinegro. Como contrapartida, también es un arma letal para el rival, porque Newell’s también ha padecido goles ante Central que llegaron a balón parado. Es una faceta del fútbol que frecuentemente define resultados y títulos, por lo tanto requiere atención previa y no es recomendable subestimarla.
Lo cierto es que al margen de la pasión, la efervescencia previa y los nervios lógicos, se trata de dos horas que exigen concentración, lucidez y profesionalismo. Como alguna vez expresó Osella, “son 90 minutos de furia. La semana previa no es para empezar a jugarlo sino para prepararlo”. Porque más allá de cualquier arenga, video motivacional o frases elocuentes, la realidad se verá en el verde césped. Y allí, Newell’s tiene la misión de que realmente no se trata de un cotejo más. Un resultado favorable no salvará un semestre aún inconcluso, pero sí sentará las bases para el futuro y cambiará el ánimo general. Hoy, sin chances de ganar un título en el corto plazo, para el simpatizante leproso no hay nada más valioso que ganar el clásico y dejar atrás algunos magros recuerdos.
Los técnicos, que los une una entrañable amistad, son conscientes de que se trata de un enfrentamiento de un valor incalculable. Por eso, aunque siempre se refirieron al partido más cercano y Burgos permanentemente hace hincapié en que “cada encuentro es una final”, este será el desafío más preponderante para los dos entrenadores desde que iniciaron sus ciclos. Se impondrá quien gane el duelo táctico y tenga un mejor rendimiento colectivo. Sin misterios. Porque en el fútbol, la lógica reina mucho más de lo que se presume. Y si bien se trata de un duelo especial, no deja de ser una batalla estratégica, profesional y técnica. Burgos y los futbolistas, los verdaderos protagonistas, tienen una oportunidad inmejorable de quedar en la memoria del hincha y marcar una huella en el partido más intenso y pasional del fútbol argentino.

Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s