El último segmento del mano a mano exclusivo, realizado con el Director Deportivo de las Divisiones Inferiores de Newell’s, Martín Mackey, se habló de un tema puesto en la boca de todos, pero a que a su vez, poco se conoce en detalle: los negocios, la corrupción y el fútbol. Cómo convive él desde su lugar.
Posteriormente a que el ex líder del proyecto de alto rendimiento de la Unión Argentina de Rugby y ahora, cabeza del organigrama de las juveniles, explicó en la primera y segunda parte de la entrevista, su relación con la política Rojinegra, el método Mackey y las tomas de decisiones que acarreó, los problemas del día a día puertas adentro y afuera, y entre otras cosas, sus logros y promesas, llegó el último segmento de la nota.
En ese sentido, en el tercer bloque con Martín Mackey, la charla pasó por un tema que pocos suelen tocar cuando la luz de grabación está encendida. Los negocios y la corrupción, esa que el admite “tratar de combatir”, fueron los principales ítems de la nota. Consecuentemente con el tema, también particularmente dio su visión de los casos Nicolás Castro, Daniel Opazo, Kemin Humeler y Luciano Cingolani.
Tercer eje de la nota. Los negocios y el fútbol.
¿Cómo se convive con eso? Porque el tema de los representantes existe, las ganas y la ambición, también…
Es que, los negocios no creo que sean malos. Si, la corrupción. Los negocios no son malos porque Newell’s tiene activos, que son chicos de divisiones inferiores y los clubes tienen que vivir del ingreso económico que le brindan sus activos. Si vos tenés un jugador y desarrollas un producto que vale 20 millones de dólares, es un negocio. A los negocios no hay que tenerles miedo, después se verá si el negocio fue bueno o malo, si sobrevaluaste o vendiste por debajo del valor.
Entonces, ¿En el fútbol se vive con la corrupción?
Eso y la trampa es lo malo. La verdad, durante este año no he vivido con eso, más allá de que se hablan cosas que no son ciertas. Yo cuestiones de corrupción no he vivido, he vivido cosas que no me gustan, pero no las puedo evitar. Que vengan y le hablen a la familia de un jugador no es un negocio, es parte de una trampa. Eso no me gusta, trato de combatirlo todo lo que puedo. Y los representantes… así como hay periodistas, entrenadores o abogados, buenos y malos, hay representantes que imponen ante a la institución y otros a los que no les importa nada. Hay representantes a los cuales les marcamos la cancha.
Para, ¿marcar la cancha que sería?. Vos convocaste a un representante o el a vos y ¿qué le dijiste?
Por ejemplo, vi representantes que se meten donde no corresponden. Si digo, vos te podes mover en este sector y nosotros entrenamos en el fondo, tiene que estar donde le permitimos, no en el entrenamiento. Si viene un representante y me dice “a mi no me gusta el técnico de la novena”, le respondo, “flaco, de eso me encargo yo, no vos”. O que te digan, mi jugador no juega…
Te dijeron, ¿Por qué no juega tal?
Me encontré con el “traigo este jugador, pero ponelo”. No, juega si juega bien. Marcamos la cancha. Después, hay representantes que son buenos, que le pagan los útiles, que te dicen, “les pago el gimnasio”. Cuando hacen su tarea bien, es bueno. Y cuando, tal vez, alguien los quiera hablar para que se vayan, aparece el representante y dice, “quédate en Newell’s porque es el mejor lugar en el que podes estar”. No todos los representantes juegan en contra de la institución.
Con respecto a Castro, el 21 de noviembre dijiste que te enteraste dos semanas atrás del tema. Y Menchón envió una contraoferta el 17 de octubre, un mes antes. En el medio no te avisaron, ¿Qué pasó?
En el medio no me avisaron de la contraoferta, me dijeron que había un interés de Boca. Hay un montón de intereses todos los días por chicos. De ahí que haya habido una negociación, nunca fui parte. Si me decís, “mañana viene un club por un jugador de inferiores que van a pagar un dinero similar a un jugador de primera división” ¿Qué voy a decir? En ese caso, es un negocio. Si es un buen negocio, voy a decir “¿no quiero que se vaya?, que juegue en la primera de Newell’s”, pero si el dinero le sirve a Newell’s, uno tampoco puede decir…
Para comprender, ¿cuál es la diferencia entre un negocio bueno y uno malo?
Si ponen un dinero que ayude a que la institución se maneje más o menos bien por un año, que los entrenadores cobren, el que corta el pasto cobre, como me voy a negar. Ahora, cuando vienen por un jugador y el negocio económico no es bueno para la institución, de cabo a rabo te digo que no hay necesidad de que se vaya.
¿Cuánto tuviste que ver para que no se vaya?
Mucho…
¿Alguien más ayudó?
Mucha gente. Algunos empiezan a hablar y te dicen: “¿no está bueno que te den la plata?, el chico se va”…Bueno, pero que te lo roben y listo. La verdad que cobrar un dinero que no genera una solución para el club…
Te estarías prestando al juego…
Claro. Que levante la mano y diga, “soy un ladrón”. Si vos sos un ladrón, sos un ladrón. Porque si para no robar un celular, me lo querés pagar al 10% de lo que vale, para justificarte y dibujarla… entonces, si le hablás al jugador por atrás, lo sacás del club y después me querés dar $10, aprovechándote de mi situación económica…
Vos en ese momento viste que estaba la predisposición para venderlo…
No sé…
Porque tuviste que intervenir por algo…
Si, tuve que intervenir porque no quiero que los chicos de inferiores se vayan.
El año que viene debería entrenar en Newell’s, ¿no?
El debería entrenar en Newell’s. Es jugador de Newell’s. En realidad, al tener 16 años y no tener contrato, se puede ir. Pero hay un pacto general que si no dejaste libre al chico, no lo pueden tomar otros. Ahora si el día de mañana, viene un chico con el pase libre lo voy a tomar, previamente avisando al club que lo iba a tomar. De hecho, lo hice con Desio en Estudiantes. Ellos lo dejaron libre y los llame para comentarles que tal día se probó. Es distinto.
Caso Opazo: “Eran otros momentos. Lo de Opazo hoy no sucedería, por peso propio y por otras cosas”.
Caso Cingolani: “Es un rumor, pero no avanzó nada el Manchester United. Hablé con ellos (la familia), con Lucho, la sensación es difícil. En el momento que aparezca una propuesta lo evaluará la Comisión Directiva”.
Caso Humeler: “El sabe lo que hablamos. No fue una decisión mía, fue una decisión tomada por 18 personas: entrenador principal, entrenadores de arqueros, cuerpo médico, presidente, vicepresidentes. Hay dos opciones: a veces es preferible que el tiempo pase, disimular ciertas cuestiones y llegado el momento, decirle a ese chico: “mira no te vamos a tener en cuenta”; o hacer las cosas como corresponde, tomar la decisión en el momento que hay que tomarla y darle la oportunidad de que tal vez pueda probar en otro lugar seguir siendo futbolista. Solo comuniqué la decisión. No quiero hablar porque quiero ser respetuoso de su situación, pero no fue un capricho”.
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