Luego de dos derrotas consecutivas había que tomar decisiones. No solo se trataba de realizar cambios nominales, sino también de variar la disposición del equipo. Kudelka dejó atrás su sistema predilecto de 4-3-3 – mutado en 4-3-1-2 por la posición de Maxi- para poner un 4-2-3-1 que, ante Lanús, fue efectivo desde las actuaciones individuales, el funcionamiento colectivo y el resultado. NOB resignó la tenencia de la pelota durante muchos fragmentos pero, cuando la tuvo, fue agresivo, vertical e intenso. Se trata de un dibujo táctico que presenta bondades que hacen pensar que la última actuación no se trató de un hecho aislado. Esta modificación puede ser un punto de inflexión en el recorrido de Newell’s en la Copa de la Liga Profesional.
Ante Talleres y Boca el equipo estuvo bastante largo, se mostró inconexo entre las líneas y careció de peso ofensivo. Una de esas razones tuvo que ver con que Scocco se recostó mucho a la izquierda del ataque rojinegro dejando un vacío en el centro del área. El propio entrenador reconoció que su idea era ubicar a otro futbolista como extremo para que Nacho no sienta la obligación de retrasarse. Y Pancho González cumplió ese cometido con creces. No solo ocupó la posición sino que también aportó velocidad, cambio de ritmo y una nueva asistencia de gol. Si bien cuando Newell’s no tiene la pelota ocupan circunstancialmente posiciones más defensivas, tanto él como Palacios son los extremos del 4-2-3-1.
Pero Nacho no fue el único que se vio beneficiado con el cambio de sistema. Maxi Rodríguez también se acopló a una posición que le permite tener más contactos con la pelota y ser protagonista de la elaboración del juego. Como mediapunta, ya no siente la necesidad de hacer mucho recorrido por la banda. Es el momento de que dosifique esfuerzos para que cuente con mayor lucidez en los últimos metros de la cancha. Y, en ese sentido, comparte cancha con compañeros que tienen mucha ductilidad con la pelota. Además, el abiertos e imprimen velocidad y profundidad. Precisamente este amplio abanico de descargas favorece al juego de la Fiera. De esta manera, Kudelka logró uno de los cometidos que se había propuesto en la previa del duelo ante Lanús: “Tenemos que buscar soluciones para Scocco y Maxi”.
Aunque en su concepción ninguno es ‘5’ de contención, tanto Pablo Pérez como Aníbal Moreno llevaron a cabo sus roles de gran manera. Se repartieron la mitad de cancha, fueron opciones de pase en todo momento y marcaron el equilibrio del conjunto. Con futbolistas de tanta riqueza técnica todo es más sencillo. Sin embargo, es pertinente marcar que se trató solo de la primera prueba. Pronto vendrán desafíos más exigentes y rivales que pueden encontrar espacio a sus espaldas, causando daño a la defensa rojinegra. Julián Fernández puede ser parte de la solución sin alterar el dibujo táctico.
Lógicamente, el fútbol es un deporte que invita al debate permanente. Y el nuevo esquema de Newell’s no está exento de diversas opiniones que enriquecen las discusiones. Muchos sostienen que la alineación ante Lanús fue 4-4-2, pero lo concreto es que, a juzgar las características originales de los extremos, la Lepra presentó un 4-2-3-1. Palacios y González tuvieron que cumplir tareas tácticas ante los laterales rivales pero, por su concepción y condición de delanteros, predominan en ellos las funciones ofensivas. Y en el ataque, Maxi no se ubica en línea con Scocco. El de Hughes es el primer defensor del equipo y el futbolista más adelantado. Mientras que la Fiera tiene más libertades, otorgadas por el propio entrenador y, tal como él mismo reconoció, juega “suelto y detrás de Nacho”.
El desafío para el ideólogo de este formato táctico y los intérpretes que lo llevaron a cabo será sostenerlo en el tiempo. En el trayecto surgirán lesiones, sanciones y dificultades. Incluso, surge la pregunta de qué sucederá cuando Julián Fernández tenga el alta medico. Para mantener este esquema, deberán salir Pablo Pérez o Aníbal Moreno, de buenas performances en La Fortaleza Granate. Como ya surgen demasiados contratiempos en la enfermería leprosa y cuesta mantener un ‘11’, parece razonable darle continuidad a lo que funciona bien, especialmente en un contexto donde el tiempo apremia y urgen los resultados.
Aunque no se puede marcar sentencia por un solo partido, no obstante aún no se cumplió ningún objetivo, Newell’s debe darle rienda al formato que desarrolló ante Lanús. Con la misma idea de siempre de ser protagonistas, pero con otro diseño. Ahora es el momento de solidificar el juego colectivo, mecanizar movimientos y proporcionarles una dosis de confianza a los protagonistas del mejor partido de la Lepra en condición de visitante en bastante tiempo. Con un esquema que los cobije y las funciones bien repartidas, ya demostraron de lo que son capaces.

Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s