Newell’s arrancó con el pie izquierdo. La actuación ante Vélez preocupó por el resultado y la performance demostrada en el campo. Se trató, sin pretender ningún tipo de exacerbación, de uno de los peores partidos de la era Kudelka. Porque sus dirigidos no encontraron el rumbo en ningún momento – hasta el minuto 35 no crearon situaciones de gol- y merecieron perder por un marcador más abultado. El atenuante es que la Lepra no contó con varios de sus refuerzos y se trató de la primera jornada. Ahora, con la vorágine de los resultados y las necesidades a cuestas, el técnico deberá considerar el plantel que tiene, evaluar y definir un equipo que logre constancia.
En primer lugar, es justo marcar que el mercado de pases estuvo lejos de ser perfecto: Aníbal Moreno, la joya del plantel y uno de los principales activos del club, se marchó a Racing y Sebastián Palacios, el mejor jugador leproso en el último torneo, regresó a Independiente. Para colmo de males, Franco Escobar, quien llegó como reemplazante de Gabrielli, tendrá para un par de meses de recuperación. Atrás quedan en la consideración futbolistas como Gentiletti, Denis Rodríguez y Escobar, que tienen un largo período para volver a estar a punto.
En el arco no hay dudas. Aguerre ya está totalmente recuperado de su lesión y es titular indiscutido. Lo secunda Ramiro Macagno, que en más de una oportunidad demostró ser una garantía. Ambos ya saben lo que es calzarse el buzo rojinegro y están prestos para cuando la ocasión lo demande. En el corto plazo, no se vislumbra como un problema ni arroja incertidumbre.
En la zona defensiva comienzan los inconvenientes. Se fue Gabrielli, se lesionó Escobar y Nadalín no convence. Manuel Llano es una opción, pero en su concepción es mediocampista y no tiene oficio para marcar. Sin embargo, no sería la primera vez que un futbolista aprende fundamentos básicos de una nueva posición y se termina ganando un lugar. De hecho, jugó dos partidos como lateral y no lo hizo en menor nivel que Nadalín. Es una alternativa, porque los tiempos y una marcada dosis de mala suerte no permitieron hallar un reemplazante acorde. Por otro lado, en la zaga, con la llegada de Lema, el panorama parece bastante claro. El ex Belgrano es el ‘2’ del equipo y Cabral, que está acostumbrado a jugar como segundo zaguero, es el ‘6’. Capasso es un número puesto ante cualquier emergencia. Mientras que Bíttolo, quien hoy no tiene competencia, completa la línea de fondo.
El mediocampo es el sector de la cancha donde hay más variantes. Los elegidos definen el estilo del equipo y Kudelka tiene un interesante repertorio. Pablo Pérez aún es una fija. Difícilmente, a esta altura, logre solucionar los problemas que le causan su fuerte temperamento. Pero aún puede prevalecer su capacidad futbolística porque innegablemente es un jugador de jerarquía. Y el otro puesto de interno es para Jerónimo Cacciabue, quien cerró el último campeonato de buena manera y le ganó la pulseada a Moreno. Su rendimiento y potencial es superior al de un Brian Rivero que nunca termina de encontrar regularidad. Entre Pérez y el Aviador, el conjunto necesita un jugador que sea equilibrio, una rueda de auxilio y tenga sentido de ubicación. Julián Fernández es el titular, pero no tiene el puesto asegurado: Sforza dejó muy buenas sensaciones y puede otorgarle mejor circulación al equipo.
Tan importante como el andamiaje colectivo también es la efectividad y la culminación de las jugadas. En el ataque rojinegro, Nacho Scocco, por jerarquía, técnica individual y poder de gol, es el centrodelantero titular y Cristaldo deberá esperar su lugar. Por el sector derecho, Julián Marcioni, que cosechó una buena experiencia en el reñido fútbol de ascenso, no desentonó en el Amalfitani. Y en la izquierda aparece una de las grandes incertidumbres. La elección de uno u otro futbolista puede definir el dispositivo. Porque no es lo mismo que juegue Maxi Rodríguez, Nicolás Castro, que en su origen es mediocampista, u otro extremo como Cingolani. La Fiera, por peso propio y categoría, está en condiciones de gravitar y cambiar el rumbo de un partido con su gran capacidad goleadora. Aún conserva hilo en el carretel y aspirará a tener un cierra a la altura de su intachable trayectoria
En consecuencia y al margen de la opaca primera actuación en Liniers, no es el momento propicio para romper el tablero. Realizar muchas modificaciones por solo un cotejo puede ser contraproducente para la propia estabilidad de los jugadores. En base a rendimientos y más allá de los apellidos, un ‘11’ que a mediano plazo puede consolidarse es: Aguerre; Llano, Lema, Cabral y Bíttolo; Pérez, Julián Fernández (o Sforza) y Cacciabue; Marcioni, Scocco y Maxi Rodríguez. En el banco de relevos hay opciones atrayentes como Belluschi, Castro, Formica y compañía. Mientras que el ingreso de Jonathan Cristaldo en el equipo es una posibilidad incipiente, pero ello conllevaría irremediablemente a un cambio de esquema.
Está claro que el entrenador es quien siempre tiene las mejores facultades para decidir. Porque conoce a sus dirigidos, los ve todos los días y tiene mucho material para analizar. Y como existe un técnico en cada hincha, periodista y futbolero, difícilmente existan dos alineaciones iguales. Pero en definitiva, más allá de opiniones y valoraciones, solo el tiempo, los resultados y hasta el propio azar definirán el destino de un Newell’s que se juega un 2021 trascendental, tanto dentro como fuera de la cancha.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s