Nunca existe un momento adecuado para que se paralice la actividad, menos a causa de una pandemia que azotó a todo el mundo. Sin embargo, desde lo futbolístico y entendiendo que hay otras circunstancias mucho más importantes, la suspensión perjudicó a Newell’s porque se encontraba en alza en el amanecer de la Copa de la Superliga y tenía serias pretensiones de pelear por el título y disputar la clasificación a la Libertadores del 2021. El invicto de ocho partidos, previo a la sorpresiva derrota de local contra Godoy Cruz, era una muestra cabal de que el rojinegro ostentaba un presente interesante y un futuro auspicioso. Además, los mejores equipos estaban disputando copas internacionales y no visualizaban a la competencia doméstica como un atractivo.
A la importante columna vertebral que se gestó a mediados de 2019 se habían sumado Pablo Pérez y Sebastián Palacios. Ambos comenzaron el 2020 con el pie derecho, actuaciones destacadas y goles incluidos. A nivel colectivo, aquel era el período más favorable desde la llegada de Kudelka y Newell’s parecía estar en la cresta de la ola luego de vencer a Central Córdoba en Santiago del Estero. Ya lejos de la zona de descenso y sin la soga al cuello, ese triunfo podría haber sido el puntapié de una gran historia. Por eso, hay que valorar a la clasificación a la Copa Sudamericana en su justa medida: estaban todas las condiciones dadas para ingresar a la Libertadores, la competencia más prestigiosa del continente y a la que todos anhelan participar.
Para fortalecer este argumento, basta con repasar números que hablan por sí solos. El equipo de Frank finalizó la temporada en séptima posición, fue el cuarto conjunto más anotador, clasificó a la Copa Sudamericana y se encontraba 14 puntos por encima de Patronato, el equipo que marcaba la zona roja de los clubes que dividían por tres temporadas. Si bien no hay pruebas contrafácticas, solo era cuestión de días para sentenciar matemáticamente lo que ya se vislumbraba y se hacía ostensible en el verde césped.
Por supuesto que resulta relevante considerar a los rivales directos y, en ese sentido, Boca, River y Racing – los mejores planteles del país- tenían doble competencia y les esperaba un largo periplo por Sudamérica. En la pulseada ante los grandes, Newell’s se había mostrado fuerte: derrotó a San Lorenzo e Independiente, empató ante Boca y Racing como visitante y solo cayó ante River en un partido cambiante. La realidad es que no muchos equipos podían presumir de un plantel con tanta jerarquía y de un entrenador que ya se acercaba a un año completo de trabajo. De todas maneras, pensando en lo que viene, a todas estas afirmaciones hay que agregarle un dato no menor: a causa de la pandemia y sus consecuencias económicas, muchos conjuntos se van a desmantelar durante las próximas semanas. Y es de ahí donde NOB puede encontrar otro aliciente para dejar atrás el sabor amargo por el momento inoportuno en el que llegó la suspensión.
Lo concreto es que si la ambición prevalecía sobre el conformismo, estaban todas las condiciones dadas para coronar con algún logro más importante. Claro que hay una consideración a favor y a tener en cuenta: a esa estructura sólida, se sumó Nacho Scocco, la frutilla del postre. Por eso, a la espera de la confirmación de lo que pasa con los zagueros, la Lepra puede presentar una base similar e incluso potenciada. A pocos días de que se retomen los entrenamientos, todos los eslabones parecen alineados para lograr en los próximos meses lo que la pandemia truncó en marzo.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s