Un año atrás, Newell’s oficializaba en sus redes sociales a Frank Kudelka como su nuevo entrenador. Luego de largas semanas de negociaciones, y pese a que sonaron otros nombres, el flamante entrenador aceptó el desafío y se calzó el buzo de entrenador leproso. Kudelka se había ido precipitadamente de la Universidad de Chile, a principios de 2019, y tras declinar algunas ofertas del exterior se decantó por volver al fútbol argentino. Un lustro después, el equipo logró sortear la difícil lucha por la permanencia y está virtualmente clasificado a la Copa Sudamericana 2021. ¿Cuánto tuvo que ver el entrenador en esta mejoría? ¿Cuánto influyó? ¿El equipo es mejor un año después? ¿Cómo explicarlo desde los resultados y los nombres propios?
“Es natural que cualquier persona en cualquier índole de la vida tenga miedo, pero nosotros no tenemos miedo, ni tampoco la institución, sino que tenemos una oportunidad en un momento difícil”
Frank Kudelka, al asumir en mayo de 2019
El primer desafío del freyrense como director técnico rojinegro no era para nada sencillo. Debía convencer y trabajar en conjunto con la secretaría deportiva de Sebastián Peratta en la confección de un plantel profesional que responda a una estructura determinada, que se adapte a su estilo y cuyos jugadores que lo integren sean complementarios y se recluten detrás de un objetivo general. Los últimos mercados de Newell’s no habían sido satisfactorios, y el angosto margen de error marcaba que un nuevo fracaso de gestión podía culminar indefectiblemente en la pérdida de categoría. Llegaron Santiago Gentiletti, Cristian Lema y Julián Fernández, dos defensores centrales y un volante. Ninguno de los tres provino del mercado interno, sino que la búsqueda rondó por el exterior. Estos tres jugadores conformaron un triángulo defensivo que es clave para entender la temporada 2019/2020 de Newell’s. El equipo se consolidó en la fase defensiva, al mismo tiempo que los perfiles de estos jugadores les permitió al equipo construir una salida desde el fondo clara, que fue la piedra basal para que los de Frank Kudelka puedan desarrollar un juego de posición consistente que le permita al equipo progresar desde la posesión. También arribaron Lucas Albertengo, Rodrigo Salinas, Matías Orihuela y Lucas Villarruel. Sin embargo, los mencionados no tuvieron el mismo impacto en el plantel.
“Kudelka es un entrenador muy ambicioso. En la primera charla, lo que marcó que había que hacer fue convencernos de poner a Newell’s arriba. Ser ambiciosos en cada partido”
Santiago Gentiletti, en nuestro Instagram Live
En líneas generales, Newell’s fue un equipo regular durante la temporada. Arrancó con buenos resultados, tuvo un bache hacia el final del 2019 del cual se recuperó en el último partido, y cerró el curso con un buen sprint final en 2020, sufriendo apenas una derrota en la última fecha de la Superliga y sin caídas jugando como visitante. Dentro de esa trayectoria, de las 24 jornadas que tuvo la campaña (23 de Superliga, mas una adicional de la malograda Copa Superliga), Newell’s estuvo durante 22 entre los primeros diez puestos. Sólo la caída ante River lo bajó de ese pedestal al que volvió a ingresar tras el triunfo ante Independiente. Otra de las facetas positivas fue su hándicap como visitante. Jugar fuera del Marcelo Bielsa era el gran déficit del equipo, y los triunfos fuera de ese reducto en los últimos años se contaban con los dedos de una mano. En este sentido, el equipo fue de menor a mayor, y sus rendimientos de visitante mejoraron. Es verdad que sólo consiguió apenas tres triunfos (Patronato, Independiente y Central Córdoba), pero también redondeó buenos partidos en escenarios siempre difíciles: fue superior en el Clásico, plantó cara en Tucumán y en la Bombonera, y mereció mejor suerte en el Cilindro y la Fortaleza de Lanús. Una serie de acontecimientos que van de la mano con el postulado de Kudelka al asumir: que la curva de rendimiento del equipo vaya en ascenso y la zona del descenso se vaya alejando paulatinamente.
Mientras llovían las consultas sobre los refuerzos, en sus primeras conferencias Kudelka dejaba en claro que a Newell’s, si bien no le sobraba, tampoco era un equipo falto de jerarquía. Y que la producción ofensiva dependía mucho de las influencias de Mauro Formica y Maxi Rodríguez. El “Gato” fue de mayor a menor en la temporada, anotándose muy buenas actuaciones en el comienzo y siendo un elemento importante en la mediapunta. Tras su lesión ante Huracán, le costó volver a reinsertarse en el equipo y dar el cien por cien. La irrupción de Aníbal Moreno en el carril interior y las constantes caídas de la “Fiera” a la frontal de la cancha le hicieron perder terreno al enganche. No obstante lo cual, quien elevó su nivel fue Rodríguez. El símbolo rojinegro se alejó de la banda izquierda, acortó sus recorridos y culminó la temporada casi como un enganche, donde logró tener más y mejor participación de cara al arco. Y la mejor noticia que podía recibir el capitán leproso, a sus casi 39 años, fue el retorno de Pablo Pérez en febrero de este año. Su llegada representó un salto de calidad en la medular: la circulación fue más veloz, el equipo logró juntarse armónicamente de tres cuartos hacia adelante, los laterales pudieron defender más alto y mejor, y lógicamente los registros ofensivos mejoraron. Es la experiencia el ancla más robusto para apuntalar a la hora de construir la identidad de un equipo.
“Siento que hay un proyecto de club para seguir jugando. Está todo dado y las condiciones ideales para hacerlo. Cuando arrancamos con este proyecto, el equipo estaba complicado en los puestos de abajo, había mucho nerviosismo y preocupación y hoy puedo decir que lo sacamos adelante”.
Maxi Rodríguez, al diario El Ciudadano
La pelota parada fue la mayor virtud ofensiva. La estadística es tajante: Newell´s es el equipo que más goles convirtió de pelota detenida. La búsqueda del gol en esa faceta se vio desde el primer partido. La fortaleza se confirmó con el transcurso del torneo, con Lema y Gentiletti dominando ambas áreas y Mariano Bíttolo adueñándose de las ejecuciones, con Maxi y Formica como ejecutores secundarios. Un recurso que le permitió abrir y cerrar partidos que no lograba desde el juego, y un casillero de los registros del juego en el que no se destacaba hacía rato. Una vía de escape que muchas veces torció la balanza a su favor cuando a través de la pelota circulada no podía generar ventajas. Este Newell’s dio la sensación de que no terminó de fluir ofensivamente hasta que Maxi Rodríguez se reconvirtió y pudo, como ya se mencionó, apoyarse en el fútbol de Pablo Pérez y Aníbal Moreno. De hecho, los registros de los delanteros no fueron los mejores. Alexis Rodríguez y Lucas Albertengo, quienes marcaron en la primera fecha del curso, terminaron relegados. Rodrigo Salinas apenas aportó un tanto y Luís Leal cerró en un nivel aceptable una temporada con muchísimos vaivenes. El único delantero que dejó buenas sensaciones pese a lo poco que jugó fue Sebastián Palacios, quien llegó este año y sí le sumó un perfil vertical y movedizo al frente de ataque.
De cara al regreso del fútbol (una incógnita), el proyecto de Kudelka deberá avanzar al siguiente nivel. Con los descensos proscritos por dos años y el crédito obtenido, el entrenador tiene la responsabilidad -junto a la secretaría deportiva- de confirmar lo hecho durante la última temporada y elevar el piso competitivo de un plantel que tendrá desafíos interesantes en el horizonte. La incertidumbre sobre el futuro del fútbol argentino es mucha, pero ni Newell’s ni Kudelka están exentos de pensar en la planificación 2020/2021. Después de ser piloto de tormentas, ¿es Kudelka capaz de liderar un proyecto ganador? Una pregunta que servirá de disparador a la hora de mirar el horizonte. Hay juveniles interesantes, nombres de experiencia y jugadores importantes. La economía del club no es la mejor, el contexto mucho menos y la Lepra es un club históricamente vendedor. No obstante, el curso pasado sentó las bases para que el club pueda elevar los objetivos y olvidarse del averno. El camino de regreso a los éxitos dependerá de que las tres patas estén a la altura: los dirigentes con sus decisiones, Kudelka con sus ideas y los jugadores con su ejecución.
Planeta Newells | A Dos Canchas