Desde el primer momento en que Maximiliano Rodríguez se alejó de Newell’s en aquella casi trágica conferencia de prensa en julio de 2017, se sabía que las distintas circunstancias venideras y el deseo colectivo del pueblo leproso no iban a dejar la tesitura en esos términos. Tal fue así que en cada mercado de pases, y ante cada nueva noticia emanada desde Uruguay el tema se volvia recurrente: ¿vuelve Maxi? ¿renueva con Peñarol? ¿se comunicó con los dirigentes?
En las últimas semanas, tras lograr el bi-campeonato con el ‘Manya’ comenzaron a rodar las posibilidades factibles de la no-renovación del volante, incluso en la propia ciudad de Montevideo. Distintas versiones cruzadas entre Uruguay y Argentina, finalmente la situación se definió hoy y con una velocidad expeditiva. 525 días despues, el símbolo rojinegro retornó al club de su vida en un romance que escribe así su penúltimo capítulo. Claro, en las grandes historias nunca se escribe el último.
Ahora bien, lo que resta analizar es cuál será el escenario con el que se encontrará la Fiera. De movida, uno muy distinto al de julio de 2017. Un club con números (futbolísticos) más apretados que en ese entonces y con una escasez de recursos mucho más pronunciada. Es por eso que su regreso trae consigo oxígeno para descomprimir, voz de referencia para los jóvenes que piden pista en el equipo titular y un gesto de respaldo hacia el ciclo de Héctor Bidoglio que comienza en los próximos días. Un nombramiento del DT que se dilató después de tantas negativas y que llega en un momento donde el margen de error es estrecho.
En términos futbolísticos, será toda una incógnita su nuevo rol dentro de lo que pretende Bidoglio. Teniendo en cuenta el 4-3-3 por el que el flamante DT optó en los últimos dos partidos, todo apunta a que la Fiera podría ubicarse como extremo aprovechando su versatilidad para jugar tanto por el carril derecho como funcionando de extremo a pie cambiado. En cuanto a su puesta a punto física, toma mucha relevancia que la vuelta se haya confirmado previo al inicio de la pretemporada, que será decisiva tanto para el ritmo de la Fiera como para el resto del plantel leproso.
Palabras más, palabras menos, este regreso del ídolo a su lugar en el mundo representa una bocanada de aire para apaciguar, al menos por un rato, la tensión y el mal clima que se vivió en el Parque Independencia durante casi todo 2018. Una buena noticia para el hincha que -se estima- espera a ‘Maxi’ con los brazos abiertos y la ilusión intacta como hace 6 años, cuando se produjo el primer regreso del ex-Liverpool. Las grandes figuras son gestoras de emociones, y qué mejor para la institución que aferrarse al liderazgo de Maxi para afrontar su semestre más duro en años.
En tanto, ardua labor será la que le tocará al entrenador a la hora de rodear de juventud al tres veces mundialista. De tal modo en que se pueda producir una retroalimentación que haga que él pueda aportar su experiencia a la orden de las virtudes físicas de los más chicos. El talento innato de Maxi y el que puedan proveer los canteranos serán la clave para el éxito colectivo, al menos en ofensiva.
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