Lema jugará en Newell’s y su arribo trae esperanza. Siempre fue un sinónimo de garantía, algo que desde su partida, a mediados de 2020, se perdió. En primer lugar, Santiago Gentiletti se entendía a la perfección con Cristian Lema, era notable la confianza y jerarquía que aportaba una zaga que no por algo pasó por el fútbol europeo. Desde el frente aéreo era una dupla invencible y desde el choque, es percibible el oficio, pero cuando partió, esto cambió.
Finalizado su contrato el 30 de junio y debía volver al club portugués, en dónde se sabía que no iba a ser tenido en cuenta por su nuevo entrenador, Jorge Jesús. Newell’s insistió hasta último momento para poder quedarse con el jugador: primero préstamo con cargo y luego préstamo con obligación de compra, pero no se concretó. También era buscado por Estudiantes, Peñarol, la MLS, China y Grecia, pero se sobre el final del mercado, decidió por el fútbol árabe.
Su llegada al Damac FC se oficializó el 2 de octubre, es decir, sólo permaneció cuatro meses en el país árabe. Su elección de ir a aquel fútbol pasó por una decisión económica más que deportiva ya que aún se encontraba a un gran nivel, pero el presente del país y la moneda estadounidense pesaron más fuerte. El zaguero fue a un equipo, cuya nómina estaba integrado por otros argentinos, como Sergio Vittor y Emilio Zelaya, pero, a diferencia de sus compatriotas, su decisión de volver rápido al país es todo un indicador de que no se pudo adaptar adecuadamente.
Su debut en el continente asiático, al poco tiempo después de su llegada, fue un anticipo de lo que vendría. Fue titular pero no fue su mejor presentación, ya que a los 61 minutos fue expulsado. Luego de la suspensión regresó al primer equipo y disputó 10 partidos más, sumando 11 en total. Pese a no existir la presión que existe acá, Lema nunca estuvo cómodo y al Damac se lo vio en los últimos puestos de la tabla, peleando por no descender. Esto pasó en la mayoría de las fechas que disputó el Sicario, su estadía estuvo viciada por el objetivo de sostener la categoría y hasta el momento de su último partido, el 31 de enero, vivió bajo ese contexto.
Tan prematura fue su salida, que ni siquiera tuvo tiempo a despedirse de Rosario. Y está acá de nuevo. ¿Qué le puede aportar Lema a este Newell’s? Experiencia, jerarquía, voz de mando, altura, gol, rigurosidad a la hora de marcar y capacidad de lucha. Pero sobre todo, paz a una línea de fondo que jamás encontró estabilidad con Manuel Guanini y Fabricio Fontanini. Ahora, su desafió se redoblará, puesto que Santiago Gentiletti no estará a la altura, no obstante, da expectativa de que el rojinegro puede volver a soñar y formar un equipo serio y competitivo.
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