En lo inmediato, Newell’s tiene un objetivo que alcanzar: entrar a la Copa Libertadores. La concentración que consiga para encausarse solamente en lo futbolístico y en el ahora, será decisivo en el resultado final.
En los últimos dos años, el club del Parque se convirtió en un caos para ser un ámbito de trabajo: ya sean dirigentes, futbolistas o empleados, fueron parte de un escenario más que candente. En la Lepra se dejó de hablar de fútbol hace mucho, pero como siempre se mencionó desde esta columna, lo competitivo fue lo único que mantuvo los ánimos aplacados. Luego de los recientes números negativos, esto ya no es así y si los protagonistas no se centran en lo importante, las metas podrían no ser cumplidas.
Desde elecciones anticipadas a despidos de trabajadores de la institución, todas cuestiones que evitan que todas las fuerzas vayan para el mismo lado. Es inevitable. Aunque no necesariamente las caídas no están extremamente relacionadas a los problemas que hay en el club, lógicamente por una razón de excusas o realidad, esto incidió y explotó públicamente. En este escenario, el diagnóstico real de la situación tendrá que definirse cuando todo lo relacionado al certamen termine o los que terminen antes podrían ser los sueños.
Los frenos que acecharon a la actualidad fueron diversos y todos condicen en algo: no tiene solución cercana y se pueden postergar para otro momento. El único problema arreglado fue el de Juan Matías, el vice, quién quedó claro que su relación con cuestiones ilegales no existe. Todo lo restante, si desde Newell’s son inteligentes, serán temas que se irán tocando, por supuesto, pero entendiendo que por el momento no se irán todos felices.
Conocido que el Director Técnico será Juan Pablo Vojvoda, ubicarse en los motivos por los cuáles se fue Diego Osella o mirar el próximo entrenador, está claro que no están dentro del escenario ideal. Tampoco poner el foco en quiénes continuarán el próximo año dentro del plantel.
Por otro lado, pero no menos importante, la combustión visiblemente incrementada luego de las declaraciones de Eduardo Bermúdez y en niveles menores de los futbolistas, no hacen más que acentuar pesadez a un clima, que necesita más calma. En todo caso, que las peleas sean después, haciendo alusión a la historia mundial, a una especie de paz armada: todos saben que en algún momento va a estallar el problema en serio –hasta ahora es relativamente admisible, hay fuego cruzado pero no mucho más-, pero mientras tanto, la paz tensa, pero paz al fin, prosigue.
Por todo lo expuesto, será esencial que el futuro no se precipite, que en el presente se haga todo lo que está al alcance. Para el resto, habrá tiempo de discusiones…
Planeta Newells | Radio 2 |