Toda estructura siempre necesita de líderes para guiar a los más jóvenes, marcar pautas y responder dentro de la cancha en momentos cruciales. Newell’s cuenta con varios estandartes, quizás como ningún otro club del fútbol argentino. En todos ellos hay un denominador común: son castalepras, volvieron para dejar más huellas y se encuentran en la parte final de su carrera. Claro que, ni en el más pesimista de los escenarios imaginaban un presente como este. 10 partidos sin ganar es mucho. Y Maxi Rodríguez (40), Ignacio Scocco (35) y Pablo Pérez (35) lo padecen. También, en otro rol y grado de participación, Mauro Formica (33) y Fernando Belluschi (37) forman parte de la camada más experimentada plantel. Aunque eventualmente hoy no aparezcan en primera plana, el calendario les brindará posibilidades de redimirse.
Ya en el debut de Burgos quedó claro que cualquier futbolista puede salir sin importar el momento del partido ni los apellidos. Porque tanto Scocco como Maxi fueron reemplazados e Incluso Nacho no fue titular en las últimas dos fechas. En definitiva, se trata de algo que ya sucedía en el ciclo de Kudelka pero que se acentúa más en la era del Mono. Por supuesto que para los entrenadores son importantes y cuentan con ellos, pero eso no implica que disputen los 90 minutos. En muchas oportunidades resulta más propicio que tengan minutos de calidad antes que se sobreexijan. Del mismo modo, así como pueden dejar el equipo y ver el final desde el banco, también pueden resultar relevantes ingresando para el último tramo. Futbolistas con tanta experiencia tienen un plus para cuando el resto esté cansado y se disputen los instantes finales, precisamente donde suelen definirse los cotejos.
De distinta manera se percibe el caso de Pablo Pérez. Al margen de lesiones y sanciones, siempre fue un titular indiscutido. Por la posición en la que juega, puede aportar mucho desde su sabiduría táctica y visión de juego. Incluso, en más de un partido – como ante Unión- inició de ‘5’. Y es un dato a tener en cuenta porque hay muchos casos de jugadores que con el tiempo se reconvirtieron. Por ejemplo, el propio Enzo Pérez hoy es el volante central del River. Con el tiempo, los buenos futbolistas corren mejor la cancha y pueden ocupar lugares más posicionales. Cuando está fino, PP8 es el único futbolista capaz de dar pases filtrados y poner a sus compañeros mano a mano con el arquero. Para que estos momentos sean más prolongados y frecuentes, es necesario que tenga más regularidad y, por supuesto, que el equipo acompañe.
En estos tiempos de readaptación y reconversión, los más experimentados tuvieron que adaptarse a cambio de entrenadores, de sistemas y de posiciones. Tal es así que Maxi jugó con Burgos de ‘falso nueve’ y Scocco no entró en el empate ante Huracán. En otro contexto hubiera sido imposible; hoy no es más que una rareza.
Por otra parte, distintos son los escenarios de Belluschi y Formica. Lógicamente, al contar con pocos minutos, hoy no tienen mucha relevancia en el funcionamiento del equipo. El primero llegó para retirarse en el club y el segundo busca una regularidad que nunca alcanzó desde su último regreso. En la era Burgos, Fernando no jugó nunca y el Gato apenas entró un par de veces promediando el segundo tiempo. Indudablemente, cuando volvieron, sabían que no iban a jugar por el simple hecho de contar con antecedentes importantes en el club. Pero es de imaginar que tampoco vislumbraron tener tan poca continuidad: Belluschi apenas disputó 42 minutos cuando el ciclo Kudelka ya tenía fecha de vencimiento. En los esquemas madres del técnico rojinegro, difícilmente podrán jugar en las posiciones que iniciaron sus carreras. Por eso, asumen que les toca exprimir al máximo los fragmentos que tengan en cancha.
Difícilmente les toque a todos juntos, porque no hay muchos ejemplos de equipos que tengan a tantos experimentados en cancha de forma simultánea. Pero, aunque hoy no destaquen ni brillen con tanta luz, son caudillos de un plantel que necesita contención ante un presente tan complicado. Y, si bien gestaron sus carreras por sobreponerse a situaciones difíciles, esta es inusual. Porque la racha es particularmente negativa y porque, por decisión del entrenador o rendimientos individuales, hoy no pueden resolver ni marcar diferencias en el terreno de juego. Será cuestión de generar una transición entre los que entraron en la curva final de su recorrido y los que están dando sus primeros pasos.
A Newell’s se le viene una etapa exigente de triple competencia y calendario comprimido. Entre Copa de la Liga y la fase de grupos de la Sudamericana, serán 11 partidos en menos de 50 días. Burgos deberá apelar a todos los integrantes para iniciar los cotejos, buscar soluciones desde el banco, darles descanso a titulares o rotar cuando la situación lo amerite. Y en este camino, “todos los futbolistas que en Bella Vista tengan el escudo de Newell’s pueden jugar en cualquier momento”.
Lógicamente, como se trata de futbolistas que gritaron muchos goles con la rojinegra y protagonizaron hitos – con estrellas incluidas -, no es momento de bajar el telón. A la vuelta de la esquina está el comienzo de una copa internacional. Se trata, verdaderamente, de todo un estímulo en este momento de vacas flacas. Puede ser una oportunidad para, desde el lugar que les toque, reivindicarse y escribir una página más en la historia leprosa. Quizás, la Sudamericana sea The Last Dance para varios futbolistas que hoy les toca sufrir pero indiscutidamente tienen un lugar de privilegio en la consideración del hincha.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s