La Lepra igualó ante su par santafesino por 1 a 1 en el marco de la 17ma fecha de la Superliga. Una actuación un tanto irregular del equipo de Héctor Bidoglio, pero con algunos ítems para destacar y desmenuzar. A continuación, la lupa puesta sobre los distintos actores que intervinieron en el cotejo.
Alan Aguerre: Con menos trabajo que en los anteriores partidos pero igual de determinante cuando fue llamado a intervenir. Su seguridad y sobriedad mejoraron mucho al sistema defensivo. Llega al partido más importante del semestre como uno de los pilares del equipo.
Facundo Nadalín: Redondeó una actuación irregular debido a la falta de apoyos en ataque y la poca ayuda defensiva que tuvo a lo largo de casi todo el partido, rasgo del equipo que se notó debil en las transiciones. Un ítem que Bidoglio deberá tratar de cara al Clásico.
Stefano Callegari: Partido muy fiable del joven central, pese a algunos desajustes más lógicos al trámite del partido que a errores individuales. Mejoró su efectividad en los duelos aéreos y se lo nota dúctil con la pelota en los pies, pese a que todavía no incorporó la capacidad de conducir y romper líneas.
Teodoro Paredes: Buen partido en líneas generales. Se impuso en 8 de los 9 duelos ante los delanteros tatengues. Al igual que Callegari, deberá adquirir más liquidez en cuanto a su juego con los pies para que el funcionamiento que pretende Bidoglio adquiera más solidez desde la raíz.
Mariano Bíttolo: Lo que venía siendo un gran partido en materia de coberturas y permutas se empañó con una tibia actuación en materia ofensiva, con pocas proyecciones y sufriendo en el complemento las trepadas por su sector.
Braian Rivero: La figura de la tarde. Al revés que contra Boca, el trámite del partido y su contexto lo hicieron destacarse más que Cacciabue. 86% de efectividad en sus pases y una performance muy sólida a la hora de las coberturas. En el complemento, el desgaste de Maxi y Formica obligó al doble 5 a tener muchos metros para cubrir, y eso dificultó la rápida recuperación de la pelota.
Jerónimo Cacciabue: Una tarde con imprecisiones y algunos errores de lectura para posicionarse dentro de los circuitos de juego. En comparación con el partido anterior, no tuvo intercepciones ni la misma claridad con la pelota en los pies. Los defectuosos retrocesos del segundo tiempo conspiraron contra el orden del doble 5.
Víctor Figueroa: Mal partido del volante. En la alternancia de posiciones entre los ofensivos, nunca encontró una posición que genere ventajas y le de progresión a los ataques. También volvió a estar impreciso ejecutando las pelotas paradas. A la hora de retroceder, otra vez volvió a demostrar flaquezas. Un punto débil si se tiene en cuenta el duelo del próximo domingo.
Mauro Formica: Fue el jugador más peligroso de Newell’s, puesto que de sus pies salieron dos de las jugadas más claras de la tarde. Dicho esto, combinativamente no tuvo un buen partido. Conexiones a cuentagotas con Maxi y Figueroa y desencuentros con Oviedo.
Maxi Rodríguez: Mantuvo el nivel que mostró ante Boca, con sus intermitencias lógicas. La sensación que deja tras Vélez, Boca y Unión es que el ídolo rojinegro es un salto de calidad en la zona de definición, y que sus intervenciones serán más determinantes en los metros finales que en la etapa de gestación y organización.
Alfio Oviedo: La tarde le presentaba una oportunidad inmejorable y lejos estuvo de aprovecharla. A destiempo de las jugadas, impreciso en los apoyos y casi incapaz de imponerse ante Zurbriggen y Bottinelli. No pudo garantizar continuidad a las jugadas de ataque ni por arriba ni por abajo. Tan sólo una descarga efectiva con Formica en 55′ minutos de juego es muy poco para un puesto que hoy por hoy demanda mucho.
Cristian Insaurralde: Auspicioso debut del delantero, pese a quedar reducido a jugadas. Mejoró la producción de Oviedo con entregas y movimientos interesantes que se los fue llevando hacia el costado izquierdo. Allí tuvo a maltraer a Damián Martínez y hasta le puso una pelota de gol interesantísima a Cacciabue. Es una opción potable para el domingo, mas por función que por posición natural.
Alexis Rodríguez: Se ubicó como 9 para cubrir la zona que había desocupado Insaurralde. No gravitó.
Joaquín Torres: Su ingreso a 5 minutos del final le impidió demostrar más allá de unas pocas intervenciones. El trámite del partido lo pedía más temprano.
Héctor Bidoglio [DT]: En términos generales su idea se afianza, pero ya en la tarde de ayer comenzaron a aparecer lagunas. La lepra tuvo tramos de desconexión debido a la poca sintonía de los receptores y las dificultosas posiciones donde debieron recibir Formica y Maxi. La magra labor de Oviedo y el escaso aporte de los laterales tuvieron mucho que ver. Dicho esto, es positivo el rol que están adoptando Cacciabue y Rivero, que con su despliegue permiten presionar y dar dinámica sin perder la compostura de las líneas. A la hora de los cambios, fue un acierto el prematuro ingreso de Insaurralde pero no así los de Alexis y Torres. A mitad del complemento, Newell’s bajó el ritmo y Unión encontró espacio y tiempo para combinar por el costado de Figueroa. La mano del DT tardó en llegar, y el equipo perdió tiempo. De todas maneras, es evidente la progresión en el juego desde la ida de De Felippe a esta parte. El rojinegro llegará al Clásico, por primera vez en mucho tiempo, con algunos patrones de juego reconocibles, pese a ser todavía un equipo en formación.
Planeta Newells | A Dos Canchas