Se termina un 2019 agridulce para Newell’s. Después de un duro primer semestre, desde la llegada de Frank Kudelka el equipo encontró un rumbo y encontró resultados positivos que le permiten esperar el fin de año con más aire en la tabla de los promedios y cierto crédito de cara a lo que se viene. Sin embargo, hay cuestiones a resolver por el cuerpo técnico y ciertas exigencias a las que el club deberá responder para sacar definitivamente a Newell’s de esta situación complicada. Es por eso que a continuación se desarrolla el último análisis individual del año, buscando conclusiones parciales sobre el rendimiento de los futbolistas, del entrenador y del director deportivo en este primer lustro del campeonato.
Alan Aguerre: Punto alto. Sin ser descollante como en la temporada anterior, de todas maneras el ex-Velez volvió a demostrar por qué es imprescindible en esta delicada campaña. El uno leproso mezcló actuaciones importantes en partidos clave (Patronato, Defensa e Independiente) con errores puntuales en escenarios no muy apropiados: Clásico en Arroyito, River y Gimnasia. 5 vallas invictas sobre 16 partidos. Más allá de todo, desde su llegada un año y medio atrás logró ratificar que lo hecho el torneo anterior no fue casualidad. Y el colectivo también lo respalda mejor.
Ángelo Gabrielli: Irregular. Después de ni debutar oficialmente en el semestre anterior, con Kudelka encontró minutos y la titularidad durante gran parte del curso. El uruguayo demostró que tiene virtudes ofensivas que son fundamentales en la idea del DT, pero también se le notaron las costuras en la fase defensiva. Se ha visto superado en gran parte de los duelos individuales y combina distracciones con poca lectura de las situaciones a defender. El partido ante Independiente, una fotocopia de su semestre. De todas formas, puede hacerlo mejor.
Facundo Nadalin: Irregular. Comenzó el semestre siendo titular y cumplió en el inicio pero un flojo partido con desgarro incluído ante Vélez lo despojó de la titularidad. Recién vio acción ante Talleres en Córdoba pero no aprovechó su oportunidad y quedó relegado. De todas formas, el juvenil debería quedarse en el club.
Cristian Lema: Punto alto. En cuanto comenzó el campeonato, muy atrás fue quedando esa inconsistente imagen que dejó en su primer ciclo durante 2011. El zaguero se afianzó enseguida junto a Gentiletti y juntos forman una dupla que, pese a algunas bajas actuaciones de ambos en encuentros puntuales, fue fiable y mejoró mucho el colectivo. En el área propia, inexpugnable en los duelos y mucha madurez para encabezar la salida, conduciendo y dividiendo rivales. En el área contraria, amenaza constante y gritos importantes en el Clásico y frente a River. Es co-goleador del plantel junto a Maxi. Atraviesa un buen presente pero aún tiene margen de mejora.
Santiago Gentiletti: Punto alto. Una de las mejores noticias en el semestre para Newell’s fue la de haber podido consolidar una zaga central de garantías. El ex-San Lorenzo tuvo mejores rendimientos al principio que al final del semestre, pero siempre bajo parámetros regulares. Voz de mando, capacidad para anticipar y dúctil para salir jugando, quizá sufrió en contextos de campo abierto y ante rivales con delanteros rápidos. Sin dudas fue un buen refuerzo.
Fabricio Fontanini: Prescindible. Jugó los últimos dos partidos del semestre donde, pese a anotarse en la red ante Independiente, no dio señales de mejorar en su juego ni de estar a la par de los centrales titulares. Difícilmente recupere la titularidad y el hecho de que sea un jugador con poca capacidad de reventa obliga tanto al cuerpo técnico como a Sebastián Peratta a reveer su continuidad. Otros jugadores cuya continuidad debería ponerse bajo la lupa: Leandro Grimi, Emmanuel Biancucchi, Ribair Rodríguez y Stefano Callegari.
Mariano Bíttolo: Irregular. Complejo analizar su semestre bajo los parámetros habituales. El Tano aparece como líder de la tabla de asistencias del certamen (6) y durante este lapso mejoró considerablemente sus registros en el área rival y manejando la pelota parada. Sin embargo, en muchos partidos sus conductas defensivas y tras pérdida de la pelota dejaron mucho que desear. La sensación que queda es que necesita un competidor que, incluso arrebatándole la titularidad en algún caso, genere en esa contienda un aumento sostenido de sus capacidades.
Julián Fernández: Punto alto. El equilibrista. Las urgencias y su llegada al borde del arranque de la temporada lo obligaban a entrar y jugar, y vaya si respondió. El ex-Palestino fue lo más regular del equipo y le aporta consistencia a una mitad de cancha que hasta antes de su llegada se quedaba corta de casi todo. Demuestra partido a partido que sus mejores aptitudes son la ubicación y la recuperación (promedia 4 entradas por partido), así como también es un elemento importante a la hora de sacar la pelota jugada. Si Kudelka logra ajustar en la cobertura de espacios a lo ancho del terreno, quedará menos expuesto y su nivel seguirá elevándose.
Lucas Villarruel: Discreto. No se destacó pero tampoco encadenó partidos flojos que lo alejaran de la consideración. La sensación es que se siente cómodo cuando tiene que compartir eje con Fernández/Rivero y no así cuando juega como interior suelto. Es por eso que sus mejores aportes se vieron ingresando desde el banco para renovar piernas en el medio y cuando le tocó ser titular no pesó en el juego. Después de jugar poco en Defensa y alternar titularidades con suplencias en este semestre, le juega a su favor que el entrenador lo conoce y le ha dado minutos.
Jerónimo Cacciabue: Punto alto. Si durante el ciclo Bidoglio ya era fundamental, con la llegada de Kudelka terminó de convertirse en una pieza clave. A su dinámica ya conocida logró agregarle visión de juego y llegada al área rival. Lamentablemente, un desgarro en el partido ante Boca lo tachó del resto del semestre y eso obligó al entrenador a tener que mover fichas. De cara a 2020, competencia interesante en el carril interior junto a Anibal Moreno.
Aníbal Moreno: En ascenso. Kudelka optó por llevarlo de a poco y a medida que aumentaron sus minutos en cancha, el catamarqueño más fue revelando su interesante caudal futbolístico. Pese a su corta edad y al contexto general, su capacidad de moverse, controlar la pelota y entender las jugadas lo convierten en el jugador de más valor para el club. Dinámico y preciso, el juvenil registra 84% de efectividad en los pases entregados. En 2020, la competencia por el puesto junto a Cacciabue debería darle grandes dividendos al equipo.
Braian Rivero: Irregular. Desde el vamos corrió de atrás en la consideración del DT. Recién pudo volver a jugar frente a Defensa y Justicia, donde entró y no lo hizo mal. Aportando en el ingreso frente al Halcón y ante Independiente, la titularidad ante Argentinos le llegó intempestivamente y no pudo imponerse. Se valora su despliegue, pese a que su exceso de “garra” muchas veces lo hace cometer infracciones infantiles. Una incógnita lo que pasará con Braian en 2020.
Denis Rodríguez: Aprobado. De entrada, Kudelka lo dotó de la confianza que le faltó en los ciclos anteriores. Después de alternar en los primeros encuentros, adquirió la titularidad por la lesión de Formica. Mantuvo un interesante nivel durante varias semanas. En el bajón del equipo hacia el final del semestre se fue diluyendo e ingresó en la confusión general. A su buena predisposición para presionar y hacer circular la pelota deberá agregarle mayor participación y atrevimiento. Y sostenerlo a lo largo de la temporada. Merece una nueva oportunidad en 2020.
Mauro Formica: Irregular. El arranque y su buena forma física hacía presagiar que sería un semestre de despegue para el “Gato”. Sin embargo, una inoportuna esguince de rodilla lo alejó un mes de la actividad. Pese a que volvió y marcó ante Patronato, su desempeño no fue lo mismo. Buenas actuaciones en el Coloso y “cambio cantado” cuando jugó de visitante, su intermitencia y el declive tras aquella injuria sufrida dejan el interrogante abierto en torno a su continuidad como titular en 2020. Debería tener revancha a partir de una buena pretemporada.
Nicolás Castro: En ascenso. Si bien sólo ingresó un rato en la derrota en La Paternal, el juvenil fue lo más destacado del año en la reserva y viene pidiendo pista. Kudelka lo utiliza bastante en los entrenamientos y, bien acompañado, puede ser el relevo generacional de Formica. Su acople depende del entrenador.
Alexis Rodríguez: Irregular. Debutó con gol en el debut ante Central Córdoba y arrancó siendo un titular firme. Después de algunos bajos rendimientos, perdió el puesto y culminó el año siendo apenas un revulsivo. ¿No explota futbolísticamente por demérito del DT? ¿o en realidad es apenas un velocista con buen olfato de gol? La pregunta deberá ser respondida en el año entrante, sus números como delantero no están lejos de los de Albertengo o Salinas.
Luís Leal: Aprobado. La “Pantera” corrió de atrás en el inicio y tras su éxodo prolongado a Portugal recibió un “tirón de orejas” del DT que lo condicionó. Sin embargo, este semestre fue bueno para el moreno delantero. Recuperó la contundencia del primer año y Kudelka entendió que su mejor versión aparece en el extremo derecho, con libertad para tirar diagonales y superar por potencia a los marcadores de punta rivales. De todas maneras, ya tuvo lagunas durante su estadía aquí y su buen final de año podría ser un aliciente para que el club se desprenda y obtenga réditos económicos. Su futuro está en manos de Kudelka y Peratta. Y un poco también, de su propio compromiso.
Lucas Albertengo: Irregular. No hay otra palabra que defina mejor su semestre. Se impuso en las primeras fechas por su habilidad para dominar el frente de ataque y su estreno en la red: goles consecutivos ante Central Córdoba y Unión y mucha autosuficiencia para luchar ante defensas rivales. No obstante, su camino como refuerzo fue muy distinto al de Lema, Gentiletti y Fernández. Con el correr de los partidos perdió determinación y se alejó del área rival. Kudelka lo exteriorizó pero su rendimiento se fue en picada. Sus últimos partidos, una pesadilla. Errores, yerros y no-goles que terminaron en pagándose en área contraria. En la posición en la que juega, cumplir con las expectativas es fundamental para sostenerse. ¿Qué ocurrirá con el ex-Estudiantes en 2020?
Rodrigo Salinas: Discreto. El “Potro” llegó con la premisa de tener más continuidad que en Vélez. Pese al bajón abrupto de Albertengo, no pudo adueñarse de la titularidad. Al igual que Villarruel, dejó mejores sensaciones ingresando desde el banco que en su puñado de partidos como titular. Un solo tanto ante Patronato y una evitable expulsión en Tucumán fueron sus highlights en el semestre. Es un delantero para el toque final, justamente lo que le faltó al equipo mientras el “Potro” estuvo participando. Puede dar más en el 2020.
Maxi Rodríguez: Aprobado. El semestre del capitán leproso tuvo altibajos y eso le significó experimentar una reconversión en el sistema. Con el correr de los partidos fue abandonando las bandas y sus mejores actuaciones fueron apareciendo por el carril interior con cancha de frente para explotar más su enorme repertorio futbolístico. Tal es así que es el jugador con mayor cantidad de pases clave (de esos que rompen defensas rivales) dentro del plantel: 25. Mezcló partidos malos con actuaciones intermitentes articuladas por un factor: sus apariciones, por más esporádicas que fueren, definen partidos. Por historia y jerarquía, un valor irremplazable en el plantel. Su último capítulo con esta camiseta aún no está escrito.
Cristian Insaurralde: Discreto. Su sorpresivo ingreso y gol ante Boca parecía ser el inicio de su inserción definitiva en el plantel. Sin embargo, no lo pudo sostener. Cuando le tocó ser titular ante Talleres, una lesión lo quitó del cotejo y lo obligó a tener que correr nuevamente de atrás en 2020. Si una oferta llega, no sería ilógico que el club termine aceptando.
Francisco González: En ascenso. Sólo vio acción ingresando en los últimos minutos del Clásico. Cuando empezaba a entrar en la consideración, una lesión lo marginó. Al igual que Castro, tuvo un buen año en la reserva y ya tiene dos partidos jugados en la máxima. Dependerá del DT su participación en el 2020. En el plantel, delanteros con sus características no abundan. Esa podría ser la premisa de su acoplamiento.
Frank Kudelka [DT]: Aprobado. Desde su llegada bajó patrones claros de conducta y fijó los objetivos con sensatez. Desde lo futbolístico, ideó un modelo de juego que se adapta a la mayoría de los jugadores en el plantel (que no es poca cosa) y se formó una interesante columna vertebral: Aguerre, Lema, Gentiletti, Fernández, Cacciabue, ¿Moreno? y Maxi Rodríguez salen de memoria. Este Newell’s es un equipo que propone y asume riesgos pero que también demuestra tener variantes para no morir en una sola premisa monocromática. De todas maneras, es importante remarcar que todavía es un equipo en construcción. El bajón futbolístico de noviembre y una serie de interrogantes todavía no resueltos obligan a jugadores y cuerpo técnico a no bajar la guardia. El equipo comenzó la temporada en una situación crítica y lo que ganó hasta acá es sólo un poco de aire. El segundo tramo será duro y será un desafío para el entrenador potenciar lo hecho y corregir las falencias mas notorias.
Sebastián Peratta [DD]: Aprobado pero debe ratificar. El fracaso deportivo reciente de Newell’s se debe, en gran parte, a la gestión deportiva. Después de varios mercados de pases deficitarios, el ex-arquero acertó en la búsqueda invernal. Sus plenos fueron Lema y Gentiletti. Cumplió con Kudelka gestionando a Fernández y Villarruel, y el balance económico dio positivo. Sin embargo, la situación financiera no deja de ser apremiante. Los movimientos en el verano deberán ser exactos. El plantel debe desarmarse lo menos posible, rescindir contratos inactivos e incorporar efectivos en los puestos pertinentes sin dejar de vista los números. Y sobre todo, que eso no signifique desprenderse de patrimonio futbolístico: el proyecto deportivo y la sustentabilidad de las arcas leprosas dependen mucho de retener a Jerónimo Cacciabue y Aníbal Moreno en este mercado de verano. Semestre fundamental para el Flaco en la secretaría deportiva.
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