Tradicionalmente, previo a comenzar una competencia en Argentina, los sorteos no suelen tener mucha repercusión. En primer lugar, porque nunca se televisaron y más que un juego de azar se trataba de “diagramar” el fixture de acuerdo a conveniencias de localías, operativos de seguridad, logística, etc. Sin embargo, con las copas nacionales que se están jugando en este peculiar calendario a causa de la pandemia, ahora adquirieron más importancia. Porque son formatos diferentes, no se enfrentan todos los equipos y la buena o la mala suerte en los bolilleros pueden ser un gran aliado o una piedra en el camino. En este sentido, en la Copa Maradona, Newell’s padeció tener que ser parte de la zona más difícil y quedó relegado a la Zona de Complementación. Ya en esta segunda etapa, venció a los rivales más débiles y perdió sobre el final ante los que se preveían más complicados.
En el fútbol, la lógica existe con mayor alcance del que parece. Y si bien está clarísimo que el éxito o fracaso deportivo de un equipo depende favores internos, nunca viene mal que la suerte juegue un poco a favor. Y a priori y con todas las consideraciones del caso, a Newell’s nuevamente parece haberle tocado un fixture desfavorable. Porque deberá enfrentar al último campeón (Boca), a uno de los mejores equipos (Racing), al ganador de la Sudamericana (Defensa) y tendrá que disputar el clásico extraña y llamativamente en condición de visitante. Además, otros rivales en cuestión se presentan con un grado de dificultad importante. A la Lepra, históricamente le ha costado Vélez y también comparte grupo con el siempre competitivo Lanús. Serán 13 partidos, seis se jugarán en el Coloso y siete de visitante.
El comienzo no se presenta muy alentador. Newell’s deberá visitar a Vélez; en la segunda fecha recibirá a Boca y luego viajará a Córdoba para jugar ante Talleres. Se trata de tres rivales que en el corto plazo han superado al equipo de Kudelka. Posteriormente y, lejos de tomarse un respiro en el calendario, será el turno de recibir a Independiente y de viajar a Florencio Varela para jugar ante Defensa. Se trata de un trajín que puede marcar a fuego el futuro. O dará un golpe sobre la mesa o, por el contrario, acentuará la decepción futbolística que comenzó en la Copa Maradona.
En el ecuador del campeonato, será el momento de enfrentar a Unión (L), Atlético Tucumán (V), Huracán (L) y Lanús (V). A priori, los encuentros de visitante representan una dificultad mayor, mientras que deberá ratificar de local su presunta superioridad ante Tatengues y Quemeros. En el tramo final, enfrentará a Patronato en el Marcelo Bielsa, visitará a Gimnasia en La Plata, jugará ante Central en Arroyito y finalizará ante Sarmiento en Rosario.
Lógicamente, el clásico no pasará inadvertido. Y este en particular centra la atención porque tiene importantes condimentos. En primer lugar, será un duelo crucial porque los equipos pueden llegar con opciones de clasificar y lo que suceda en la penúltima fecha quizás implique un cambio de rumbo. Además, representará el primer partido de la nueva comisión directiva de Newell’s que afrontará un partido trascendente a solo una semana de asumir el cargo. Y otro hecho resaltable, es que se jugará el primer duelo entre los equipos rosarinos en el último año y medio. Entre pandemia, especulaciones de los dirigentes y la imposibilidad de disputar amistosos, el clásico se vio muy postergado.
Sin dudas, por material y caudal futbolístico, la Lepra puede hacerse con una de las cuatro plazas que dan lugar a los cuartos de final. Para ello, serán vitales los duelos directos ante equipos se similar jerarquía. En la previa, Boca está en el escalafón principal, con cierta ventaja sobre demás. Y el resto, como sucede en el siempre competitivo fútbol argentino, está muy equilibrado.
Al margen de cualquier conjetura que se pueda realizar, lo más importante obedece a cuestiones internas. Y en ese aspecto es importante remarcar que no es saludable perder a un titular – Ángelo Gabrielli – a 10 días de que empiece el campeonato. Sobre que faltan refuerzos, surgen inconvenientes en sectores de la cancha que parecían resueltos. Igualmente, más allá de la dosis de mesura y realismo y así como se hace énfasis en la dificultad del inicio, también es justo señalar que, si el Rojinegro afronta esa seguidilla con buenos resultados, saldrá fortalecido y tendrá mucho combustible para el resto del torneo.
En gran medida, este sorteo despertó debates y conjeturas de manera especial porque no se puede soslayar el contexto: el club afronta meses decisivos. Para las elecciones del 25 de abril, Newell’s ya habrá disputado 11 de los 13 partidos de la Zona B. Los resultados del equipo no mantendrán indiferentes a los hinchas y lo que suceda en el campo de juego en la recta final puede repercutir en los comicios.

Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s