Con Frank Darío Kudelka como entrenador, La Lepra viajó al noroeste argentino para levantar cabeza tras los malos resultados que se estaban obteniendo. Newell ‘s venía de perder dos partidos seguidos: con Argentinos por 1 a 0 en La Paternal y con River 3 a 2 en Rosario. El desafío era complicado; ganarle de visitante al Atlético Tucumán del Ruso Zielinski. Era un equipo con buenos jugadores y difícil de vencer en su estadio, y lo sigue siendo…
Newell’s formó con: Aguerre; Gabrielli, Lema, Fontanini, Bittolo; Julián Fernández, Formica, Denis Rodríguez; Leal, Albertengo y Maximiliano Rodríguez.
Atlético de Tucumán: Lucchetti; Ortiz, Bianchi, Cabral, Monzón; Erbes, Acosta, Rojas; Castellani; Toledo y Melano.
Quizás antes del partido uno podría llegar a pensar que ambos equipos se iban a cuidar defensivamente y que iba a haber más roces que juego. Pero terminó habiendo de las dos. A los 25 minutos del primer tiempo Leal quedó solo por el sector derecho y sacó un centro raso para que Albertengo la empuje. El delantero de Newell’s acomodó mal el pie y estando solo, pegó la pelota en el palo. El equipo de Kudelka no solo perdía una chance clarísima de gol, sino que le hizo referencia al dicho, “los goles que se erran en un arco, se hacen en el otro”… En la misma jugada, después de pegar en el poste, Atlético Tucumán arrancó una contra que terminó con el gol de Toledo. Newell’s perdía y la película era tragicómica.
Pero el rojinegro no se venció. A los 36 minutos el Gato Formica le puso una pelota a la carrera a Leal, pero cuando el portugués quiso definir recibió un planchazo de Bruno Bianchi y el árbitro Pablo Echavarría dio penal para Newell’s, que terminó convirtiendo muy bien Maxi Rodriguez para el 1 a 1. La Fiera revivió al equipo hasta el cierre del primer tiempo, porque después la historia se iba a repetir.
A los 4 minutos del segundo tiempo, Monzón desde la izquierda levantó un centro para que Acosta la baje y Toledo meta su segundo gol. El Decano arrancaba más activo la segunda parte y Newell’s tenía que volver a buscar el empate. 15 minutos después, tras una habilitación de Maxi para Gabrielli, el uruguayo llegó solo al área y abrió para Leal, que estando más solo, empató el encuentro. La noche en Tucumán estaba llena de emociones que no iban a terminar ahí.
De película de comedia pasó a película de acción. Faltando un minuto para que termine el partido y tras un despeje defensivo de Newell’s, Salinas (que había entrado por Albertengo) corrió una pelota a la par de Cabral. Al principio dio la impresión de que se estaban agarrando y camiseteando por los piques de la pelota, pero terminó siendo mucho peor que eso. “Piña va, piña viene…”, la temperatura se elevó y Salinas no dudó en empezar a pegar. Cabral se detuvo y le tiró un cabezazo. Y Salinas nuevamente le volvió a pegar. Ambos se fueron expulsados y demoró el partido una jugada más, que podría haber sido la victoria para La Lepra…
Quizás el motivo por el cual el hincha de Newell’s no le guste recordar este partido es por la última jugada. Y no por el combate que se armó. Sino porque cuando se reanudó el juego, un pelotazo que Monzón despejó para el medio dejó al rojinegro 3 contra 2, con Maxi conduciendo. La fiera se tomó su tiempo y habilitó por derecha a Leal. El tiempo decía 52 minutos de 4 que se habían agregado… Leal solo contra el arquero abrió el disparo y la pelota se fue rozando el palo izquierdo de Lucchetti. Era para ganarlo, pero la historia terminó en empate.