La llegada de Germán “El Mono” Burgos como entrenador de Newell’s había generado un revuelo no solo nacional sino internacional. Luego de la salida de Frank Darío Kudelka, arribaba en Rosario tras 10 años en Atlético de Madrid, el ex ayudante de Diego Simeone. Con el discurso de tener a Marcelo Bielsa como uno de sus referentes y con su cuerpo técnico integrado por dos españoles como Ángel Puebla (preparador físico) y Armando De La Morena (primer asistente), el comienzo del ciclo Burgos generaba ilusión en el pueblo leproso.
En la primera conferencia de prensa el Mono comparó las instalaciones del predio de Bella Vista con Europa, indicó que tenía dos esquemas distintos para el plantel y que era importante para el club priorizar a los jóvenes. A medida que pasaban los días se veía un enfoque en la práctica defensiva, con ejercicios como sacar pelotas en la línea o barridas. El debut con Burgos al mando se aproximaba y con pocos días de trabajo se enfrentó a Unión de local. La Lepra empató aquel partido 0 a 0 y se vio un Newell’s con poca ofensiva y muy concentrado en defender. Desde el arranque, se notó claramente cuál era la idea de juego…
Se necesitaron dos empates más para que Newells conociera la primera victoria de la Copa de la Liga. Luego del 2 a 2 frente a Atlético Tucumán y el mismo resultado frente a Huracán, el conjunto que dirigía Burgos pudo ganar por 3 a 1 como visitante en Lanús. Sin embargo, el equipo (que estaba invicto por el momento) no convencía. No había claridad ni ideas cuando se tenía la posesión. Se apuntaba a las pelotas paradas y a los laterales largos enviados al área como recurso de gol. Además, generaba mucha discusión lo poco tenido en cuenta que estaba Ignacio Scocco. Se sabía que era una bomba de tiempo a punto de explotar.
Tras la conquista en Lanús, Newell’s recibía en el Coloso a Patronato. Era el cruce de los equipos con peor puntaje del Grupo B. Los de Rosario formaron de la siguiente manera: Aguerre; Calcaterra, Lema, Cabral; Cacciabue, Pérez, Sforza, Negri; Alexis Rodriguez, Maximiliano Rodríguez y Cristaldo. El sistema era con la “Fiera” de 9 y con el “Churry” Cristaldo haciendo la banda izquierda.
El partido lo dominó Patronato. Tuvo llegadas más claras pero no tuvieron buena puntería. A La Lepra le costaba generar juego una vez que recuperaba la pelota. Pero a los 41 minutos del primer tiempo Newell’s juntó a los jugadores en el primer palo y tras un centro cerrado de Maxi, Sebastían Sosa Sánchez desvío la pelota y metió el gol en contra. El local había sacado un gol de la galera con una pelota parada al estilo Burgos.
En el segundo tiempo volvió a mostrarse superior Patronato. Con salvadas en la líneas y pifies del rival, Newell’s se salvaba y mantenía el arco en cero. Sobre el final del partido Burgos decidió poner a Scocco, quien no estaba sumando muchos minutos desde la llegada del nuevo entrenador. A los 47 y tras un pase de Negri hacia el medio, Scocco se acomodó y con distancia sacó desde afuera del área un derechazo cruzado que terminó en el ángulo. El gol selló los 3 puntos para Newell’s pero también demostró que un jugador de semejante calidad no podía estar en el banco de suplentes.
La etapa de Burgos terminó con malos resultados: de 15 partidos fueron 4 las victorias, 6 los empates y 5 las derrotas. Newell’s salió último en aquella Copa de la Liga y además quedó eliminado de la Copa Argentina y de la Copa Sudamericana en fase de grupos. El ciclo del Mono nunca convenció al hincha leproso ni por resultados ni por estilo de juego.