Su llegada no se anunció con bombos y platillos. Julián Fernández arribó a Newell’s como un jugador semidesconocido para el público futbolero. Tenía una misión difícil: convertirse en el patrón de la mitad de cancha leprosa y llenar un vacío que el Rojinegro tenía desde el retiro de Pomelo Mateo. Con seriedad, disciplina y buenas performances, el ex Palestino afianzó la titularidad y se transformó en el termómetro del equipo. A pocas semanas del regreso a los entrenamientos, el ‘5’ es prácticamente el único futbolista que no tiene un sustituto genuino en el plantel de Primera División.
En el interminable mercado de pases que aún ni siquiera llegó a su punto álgido, se mencionan muchos nombres, varios jugadores reciben sondeos, algunos juveniles despiertan interés en Europa y las figuras del equipo se llevan toda la atención. Sin embargo, pese a su perfil bajo y su característica de estar lejos de los flashes, los buenos rendimientos de Julián Fernández llamaron la atención del propio Gallardo y ya es seguido de cerca por varios clubes importantes. De hecho, hace un año, llegó al Parque porque despertó el interés del propio Kudelka. Cuando Frank dirigía a la U de Chile enfrentó a Palestino en dos partidos del fútbol trasandino: en ambos encuentros, el Tractor convirtió goles y tuvo destacadas actuaciones.
Desde siempre, el volante de contención tiene un valor vital en el funcionamiento de un equipo. Julián cumple con esa misión y es el equilibrio entre los defensores y atacantes. Es el típico futbolista que es muy valorado por los entrenadores y que, cuando no está, su ausencia es muy notoria y repercute en el rendimiento colectivo. Por ello, se trata de un componente imprescindible que hoy no tiene reemplazo. Es que con la salida de Rivero –que tampoco es ‘5’ natural – y la baja de Villarruel a fin de año pasado, en estos momentos no hay en el plantel un futbolista que en su concepción y oficio tenga características similares al Tractor. Ante este panorama, solo hay reemplazantes en el semillero leproso: Mateo Maccari y Diego Calcaterra, futbolistas de la Reserva, aún sin rodaje en Primera.
Junto a Lema y Gentiletti conformaron la estructura defensiva del equipo y él siempre fue una rueda de auxilio para sus compañeros. En parte, una porción del buen rendimiento de ambos defensores, se debe al orden que aportó Fernández y al óptimo trabajo en conjunto de ese triángulo defensivo que a la Lepra le dio satisfacciones. Newell’s encontró en él a un futbolista que tiene sentido de ubicación, gran capacidad de hacer relevos y es disciplinado tácticamente.
Los grandes equipos siempre exhibieron a un volante defensivo de buen nivel y la historia de NOB no está exenta a este denominador común. Berta, Gallego, Llop, Rosada y Mateo, entre otros, fueron pilares en la conformación de las mejores alineaciones del club en las últimas décadas. Por falta de disputas de partido y porque su estadía en la institución es muy corta, aún no se puede ubicar a Julián Fernández en ese grupo selecto. Pero existen evidencias muy claras: pese a que todavía no desarrolló todo su potencial ni arribó con antecedentes en la institución, ya dio los primeros pasos en dirección correcta, está en una etapa ideal de su carrera y, en base a correctas actuaciones, ya se ganó el respeto de sus compañeros, el entrenador y los hinchas. Y esto, en un club como Newell’s, tiene mucho mérito y valor.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s