Como mencionamos en notas anteriores, Frank Kudelka fue muy específico a la hora de pedir refuerzos. Según su parecer, el equipo no necesitaba muchos retoques siempre y cuando se mantenga la base, cosa que se hizo. Pidió tres nombres puntuales para tres puestos diferentes y la dirigencia pudo cumplirle sus deseos con las llegadas de Sebastián Palacios y Pablo Pérez. El intento fallido fue el del delantero, ya que el que tomó más fuerza fue Franco Soldano pero decidió quedarse en Boca. Todos los jugadores mencionados eran conocidos del DT, a los cuáles dirigió en otros equipos.
Comenzamos el análisis por Sebastián Palacios. Se acordó su pase el último día del libro de pases, llegó un viernes por la mañana y antes de firmar contrato ya había entrenado. Al lunes siguiente tuvo su debut ante San Lorenzo pero no tuvo mucho para destacar. Al partido siguiente contra Estudiantes disputó algunos minutos más y eso fue suficiente para que el DT leproso lo ponga como titular la fecha venidera.
Su desequilibrio, velocidad y conocimiento de la idea de juego de Kudelka hicieron que se ganara rápidamente el puesto y, ante Lanús, convirtió su primer gol con la camiseta rojinegra. En dicho partido corrió mucho y fue reemplazado en el final. Seis días después tuvo otra gran presentación en el Coloso en la goleada ante Colón. Aunque no le tocó convertir, jugó los 90 minutos. Por último, volvió a ser determinante para Newell’s ante Racing en otra cancha difícil. Comenzado el segundo tiempo prendió el turbo, se escapó de los defensores y marcó nuevamente, su segundo en el club.
Otra de las virtudes del delantero es generar faltas cerca del área, algo que a la Lepra le favorece por su juego aéreo. Está claro que el técnico lo pidió porque necesitaba alguien rápido por los extremos y, en consecuencia de eso, le está aportando una faceta goleadora al equipo, algo que no es su característica principal pero bienvenido sea. Su experiencia también fue una de las claves para adaptarse y acoplarse bien al grupo.
La novela Pablo Pérez duró todo el verano y regresó al club gracias a la prórroga que le otorgó AFA a Newell’s por la feria judicial de los jueces. Llegó en la previa al partido contra el Pincha, por lo que tuvo menos partidos que Palacios, pero no por eso menos injerencia en el equipo. Su tercer debut en el club de sus amores fue ante el Granate, ingresando de titular tras la lesión de Mauro Formica, demostrando su experiencia y jerarquía durante todo el encuentro. Claridad, juego, llegada al área rival y marca, todo eso en un mismo jugador, algo que lo hace distinto.
Le tocó nuevamente ser la partida como local y tampoco defraudó. Como si fuera poco lo lo destacado anteriormente, en esta oportunidad le tocó convertir el segundo tanto de la goleada ante el equipo santafesino. Aquí se hizo amo y señor del mediocampo y se llevó infinitos aplausos como reconocimiento. En su última presentación venía teniendo otro gran juego, dominando su sector y haciendo jugar a sus compañeros. Hasta que en el momento del empate, en su corrida acompañando al “Tucu” por si erraba y le quedaba el rebote, sintió un pinchazo y se fue solito de la cancha. El lunes se confirmó su desgarro (ver nota aparte) y se ausentará por unas semanas.
Lo que pidió Kudelka es exactamente lo que Newell’s necesitaba y ambos le están cumpliendo con creces. Gracias a ellos, en parte, se sacaron muchos puntos y se enderezó el camino y se mira la otra tabla, sin descuidar la de abajo. Son pilares fundamentales y lo están demostrando.
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