“A veces tengo los ojos hinchados de ver tantos partidos”. Germán Adrián Ramón Burgos decidió lanzar su carrera como entrenador tras dejar atrás una década de trabajo con el Cholo Simeone. En ese cuerpo técnico, junto al reputado Profe Ortega, el Mono era más que un ayudante. Se trataba de un componente crucial. Diseñaba las pelotas paradas, se encargaba de diagramar la táctica defensiva del Atlético de Madrid y, como si fuera poco, representaba el equilibrio emocional que el apasionado Cholo necesitaba. Hoy, el ex arquero dos veces mundialista con la Selección es el máximo candidato a reemplazar a Kudelka. Será por sus frecuentes elogios a Bielsa, por su aspecto bonachón y su ya ex faceta de rockero o por su formación europea, pero ya causó buenas sensaciones en el Planeta Newell’s. Y a la espera de la confirmación oficial, ya piensa como entrenador leproso.
Burgos es detallista, metódico y obsesivo por el trabajo. En Majadonda, el lugar de entrenamiento de su ex equipo, solía ser el primero en llegar. Porque siempre necesitó descargar energías en el fútbol. Y así prevaleció en uno de los cuerpos técnicos más importantes de la última década, en el máximo nivel europeo y en uno de los clubes que más creció de forma sostenida. A la picardía del barrio, el conocimiento del juego y sus dotes de arquero, le agregó todo el bagaje que implica permanecer tanto tiempo en una estructura como la del Colchonero. Allí forjaron un conjunto con identidad bien definida, levantaron siete títulos, conquistaron España y estuvieron a segundos de reinar en Europa en dos oportunidades. Fue parte del cuerpo técnico que rompió con el duopolio de Barcelona y Real Madrid.
Este hombre nacido hace 51 años en Mar del Plata tiene cuatro referentes en su vida futbolística. Dos de ellos son Luis Aragonés – gloria del Atlético como jugador y entrenador, Carlos Timoteo Griguol – personaje crucial en la historia de Ferro-. Y como si se tratara de una señal del destino o de un guiño al club que lo pretende, el Loco Bielsa y el Tolo Gallego también son estandartes en su trayectoria. Al segundo lo tuvo en River y de él aprendió mucho. Por Bielsa siente devoción y lo considera el mejor del mundo. Siempre remarcó que logra forjar relaciones “desde la lejanía” y lo definió como “la universidad del entrenador”. Sin dudas, es una muy buena carta de presentación para alguien con pretensiones de dirigir a la Lepra.
Como jugador, fue multicampeón con River, miembro de la Selección, mundialista en dos ocasiones y tuvo una extensa trayectoria en Europa. Y luego, durante 10 años, fue el fiel ladero de Simeone, con quien los une la amistad y la pasión por el deporte rey. “A lo largo de mi vida, comí más veces con él que con mi familia”. En el último tiempo, durante varias ocasiones se lo mencionó como un presunto reemplazo de Marcelo Gallardo en el largo plazo. Sus buenas referencias conforman un argumento decisivo para avanzar con su contratación.
Los allegados cuentan que la idea lo entusiasma y ya se conoce el plantel de Newell’s a la perfección. Desde Madrid ve videos propios y de los futuros rivales y prepara su desembarco. Tiene en su cuerpo técnico a Armando de la Morena, que hizo gran carrera en el Atlético de Madrid durante 17 años, y a Ángel Puebla, ex preparador físico de Rafa Benítez y con vasto recorrido en el fútbol español. A sus fieles compañeros de ruta, pretende sumarle un miembro del riñón del club. Lo considera vital para el nexo con las divisiones inferiores y el conocimiento de la institución.
Cree fervientemente que las tácticas el 4-4-2, 4-3-3 y 3-5-2 “son los sistemas nobles que se utilizan en gran parte del mundo”. Por su discurso, está claro que habrá que acostumbrarse a ver a un entrenador dispuesto a rotar los dibujos en un mismo partido. Por supuesto que para determinar su estilo de juego será imprescindible ver lo que sucede en el campo. Pero habrá que contemplar la posibilidad de ver un técnico versátil, dispuesto a modificar esquemas y con una relación cercana con el jugador. Porque Burgos está abierto al diálogo y piensa que el intercambio de opiniones y sensaciones en enriquecedor. Además, siempre manifestó que un entrenador debe enseñarles a pensar a sus dirigidos. Y en este sentido, desde su personalidad y carácter, buscará imprimirle su sello a un plantel que se encuentra perdido en el ostracismo desde hace rato.
En el fútbol no existen garantías. Menos en el corto plazo y en la vorágine de la competencia doméstica. Al Mono le puede jugar en contra su falta de presencia en el país en el último tiempo, pero no su dedicación, ganas y conocimiento. Y si bien todavía no es oficial que será el entrenador, incuestionablemente, es el principal candidato. Lo peculiar en este asunto es que, en la previa, su mención logró un gran consenso en el hincha, situación inusual porque se trata de alguien que no nació en la casa. Por contexto y escenario, este no es un hecho para pasar por alto, sobre todo considerando que en 45 días habrá un acto eleccionario.
Burgos llegará desde el Viejo Continente con una valija repleta de ilusiones porque sabe que Newell’s representa una gran oportunidad para lanzar su carrera. Como no podía ser de otra manera, tendrá mucho trabajo por delante y lo espera una ardua tarea. Pero el Mono, desde la distancia y la lejanía, ya se hace querer. Y empezar con cierto handicap siempre es un buen paso para solidificar los primeros cimientos.
Licenciado en Comunicación Social. Master en Periodismo Deportivo.
Periodista en De Leprosos y Canallas. Redactor en Planeta Newell’s