El cierre de la Superliga estuvo lejos de ser a toda orquesta. Newell’s presentó un equipo sin los mediocampistas titulares y lo padeció, pese al aprobado retorno de Jerónimo Cacciabue. El elenco del Parque dominó la pelota, geografía y por momentos generó muchas chances de gol, pero aún así se lo notó incómodo. En el complemento, Brunetta y Merentiel marcaron para la visita.
- Situaciones desperdiciadas. Fue una constante durante todo el partido para el Rojinegro, tuvo diversas oportunidades para anotar, pero se vio impedido por la presencia de Rodrigo Rey. Las más claras estuvieron en los pies de Palacios, aunque Leal, Maxi Rodríguez y Cacciabue las suyas.
- Newell’s ejerció tenencia y trasladó en jugadas, sin embargo lateralizó excesivamente. Cuando un adversario se tira hacia atrás, es fundamental aprovechar los momentos que da el partido. Hubo muchas ocasiones en las que los futbolistas debían avanzar con pelota o dar un pase hacia delante, pero por incapacidad o por no advertirlo, no lo hicieron. El único que entendió esto fue Lema, toda una señal.
- Impaciencia y desesperación. Demasiados riesgos innecesarios. Es inadmisible que la Lepra defienda 1 versus 1, y encima con un atacante más rápido que su defensor. Godoy Cruz apostaba a esto, de hecho, había tenido así minutos antes un tiro en el poste. Newell’s jugó todo el segundo tiempo acelerado mentalmente, como si debiera remontar un resultado adverso.
- Bajas sensibles y la vuelta de una de las promesas. La noche tuvo su punto positivo. Volvió el Aviador, y eso es digno de festejo. Cumplió, participó del juego y hasta casi convierte, no obstante, se vio obligado a hacer cosas que no suele hacer. Eso también fue producto de las ausencias obligadas: al equipo le faltó todo el partido un Pablo Pérez e incluso, Aníbal Moreno, capaz de sacarse a un jugador de encima y avanzar.
- El premio al mejor jugador, vacante. También es toda una señal. El mejor podría ser Aguerre, aunque tuvo poca participación para ser llamado así; también Lema, aunque fue uno de los pocos que entendió cómo se debía jugar, también fue generador de la desesperación e incluso, el gol, viene de una zona en la cual él debía estar. Por esta vez, no hay mejor Leproso, sí destacados.
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