Fútbol y folclore rosarino se respiraban en la soleada tarde a la vera del Paraná. Los hinchas agitaban sus camisetas como ventilando la brisa de adrenalina que se desprendía del campo de juego. Una nueva edición del clásico se disputaba. Central y Newell’s se volvían a ver las caras en medio de una lucha encarnizada por mantener la categoría. Ambos sufrían la pesada mochila de campañas anteriores, que obligaba a necesitar como el agua un triunfo en el derbi.
En este marco, Ricardo Caruso Lombardi entendió mejor el contexto que Leonardo Madelón y su equipo logró desenvolverse mejor en el terreno. Lejos de una actuación vistosa, los muchachos rojinegros se pusieron el overol y liderados por una actuación soberbia del capitán Rolando Schiavi, los intentos ofensivos del Canalla se redujeron a centros sin éxito que encontraron tanto la cabeza del Flaco como de los jóvenes zagueros que lo secundaban: Juan Quiroga, Germán Re y Nicolás Spolli.
“Ya no sé si soy técnico, jugador o hincha, tengo una alegría inmensa. La gente nos apoyó en la semana y lo redituamos con el triunfo que les prometimos. Los jugadores cumplieron”
Ricardo Caruso Lombardi
Sin embargo, la figura excluyente del atardecer rosarino fue Santiago Salcedo. Al igual que en 2007, la sangre guaraní fue determinante. Es que el ex-delantero jugó el partido más importante del año como un leproso de nacimiento más. Aguerrido y despierto, SaSa interpretó a la perfección el plan de juego propuesto por el entrenador siendo una referencia en cada envío aéreo y yendo a chocar contra toda la zaga auriazul. Ni el descendente codazo que le aplicó el arquero Cristian Álvarez iba a poder detenerlo. Aún con un precario vendaje en su cabeza, aquello no sería impedimento para su entrada a la historia de Newell’s a los 41 minutos del primer tiempo. Envío frontal de Ré, la pelota pica en el área grande ante la respuesta dubitativa de Ramiro Fassi y el goleador paraguayo cambió un despeje a medias por un golazo, enganchando la pelota con una robusta volea de derecha que se incrustó con violencia entre el palo y la endeble respuesta de Álvarez. Grito desenfrenado de cara a la tribuna visitante y a ofrendarle aquel vendaje a los hinchas. Contrato de por vida del delantero para con el corazón de los hinchas.
Pero no terminaría ahí. Como quien le saca un caramelo a un niño, el guaraní estalló de rabia cuando Caruso, promediando el complemento, decidió sustituirlo debido a su corte sangrante. Puñetazo al banco de suplentes y catarata de insultos en guaraní, Salcedo dejó bien en claro que no quería que su clásico termine ahí. Ni siquiera si su reemplazo era el compatriota Ferreyra.
“Ningún jugador del mundo se quiere perder este clásico y menos salir de la cancha, pero no estuvo bien mi reacción”
Santiago Salcedo
El partido se fue diluyendo con el equipo de Madelón llenando el área de centros, fácilmente desactivados por los cuatro zagueros leprosos. Al fin y al cabo, ni las lesiones del nueve ni de Bernardello modificarían el resultado. Newell’s volvió a triunfar en el Gigante después de cuatro años y comenzaría a despegarse de la zona de descenso. Una vez más la sangre paraguaya sería protagonista.
“Hicimos todo bien. El equipo fue impresionante, hubo momentos que me motivaron mucho”.
Ricardo Caruso Lombardi
FICHA TÉCNICA
CENTRAL: Cristian Alvarez; Nahuel Valentini, Ronald Raldes, Ramiro Fassi y Andrés Imperiale; Jesús Méndez, Leonardo Borzani, Cristian González y Emiliano Papa; Emilio Zelaya y Martín Arzuaga. [4-4-2]. DT: Leonardo Madelón.
Ingresaron: Tomás Costa, Mariano Messera y José Vizcarra.
NEWELL’S: Justo Villar; Germán Ré, Rolando Schiavi, Nicolás Spolli y Juan Quiroga; Nicolás Cabrera, Diego Scotti, Hernán Bernardello y Lionel Vangioni; Alejandro Da Silva y Santiago Salcedo. [4-4-2]. DT: Ricardo Caruso Lombardi.
Ingresaron: Ariel Zapata, Juan Carlos Ferreyra y Pablo Pérez.
Árbitro: Héctor Baldassi.
Planeta Newell’s.