Una vez más la frustración golpeó con un duro mazazo al mundo Rojinegro. Luego de varias semanas recibiendo cachetadas, la Copa Argentina le dió a la Lepra su última oportunidad de cerrar decorosamente un semestre olvidable, pero por el contrario, agravó el malestar en la Entidad del Parque. Con muchas facilidades y prácticamente sin estar jamás en partido, el equipo de Burgos fue eliminado por Sarmiento de Junín, y determinó el final de un ciclo para muchos.
En un principio, la propuesta del entrenador del Club del Parque consistió en sumar a Mauro Formica a la mitad de la cancha, dándole a Julián Fernández mayor cercanía con la línea de fondo. También, decidió sacar a los extremos del equipo y agrupar a Jonatan Cristaldo e Ignacio Scocco cerca del área. Si bien esto le dió más consistencia numérica al medio y por escasos minutos, marcó más adelante a su rival, la zona de volantes en general hizo agua, y el Verde estuvo más cómodo en el partido.
No obstante, las propias limitaciones de un adversario, que siempre jugó mejor, hicieron que recién a los 36 minutos pudieran abrir la cuenta. El tanto fue producto de un error infantil de Cristian Lema, quien en plena área, le cedió en bandeja la pelota a Benjamín Borassi y por ende, la sentencia negativa. Sarmiento se puso arriba y desde allí, las diferencias se convirtieron en abismales. Newell’s, que hasta el momento estaba jugando el partido de manera penosa, pero que estaba en cancha, a partir de ese momento se convirtió en un verdadero espectador de las acciones y vino lo peor.
En esa línea, la frustración y desesperación se apoderó del equipo minuto a minuto, y el propio Lema se fue bien expulsado por el juez Echavarría en la parte complementaria. Si contemplamos que Newell’s nunca pudo tener juego, que literalmente no pudo hilvanar dos pases posteriormente a pasar mitad de cancha, quedar con 10 jugadores fue un verdadero nockout.
Aún con el viento a favor, los de Mario Sciaqua expusieron por qué salieron penúltimos en el torneo de cabotaje y siguieron dándole vida a Newell’s. Ni la impresentable presentación, ni la nuevo expulsión de Julián Fernández (quedó la Lepra con 9 jugadores), hicieron que de una vez cierre el partido. Cómo habrá sido el partido, que aún en un contexto turbulento y con 5 jugadores de las inferiores, en varios instantes, el empate fue una posibilidad real.
En definitiva, la lamentable actuación puso de manifiesto algo que se presumía: el fin del un ciclo. La era de Burgos, con apenas 60 días al mando, parece terminada; también para la Comisión Directiva y varios futbolistas, el pasado fue un tiempo mejor, pero evidentemente no se podrá repetir.
Planeta Newell’s.