Existen muchas elucubraciones respecto de la caída leprosa del viernes ante Talleres. El resultado sorprendió al mundo rojinegro por la discreta imagen presentada por Newell’s, en lo que fue un debut adverso en la Copa de la Liga Profesional ante un Talleres que fue superior. ¿Cuáles fueron las causas del mal juego? ¿En qué sectores del campo suenan las alarmas? ¿Por qué razones Newell ‘s sucumbió en su debut?
En primer lugar, es importante soslayar que el conjunto cordobés cimentó su triunfo desde el pizarrón. Alexander Medina diseñó un sistema donde el objetivo fue entorpecer las posesiones de Pablo Pérez y Aníbal Moreno, entendiendo que si los interiores leprosos jugaban condicionados y lejos de su zona de confort, la pelota no llegaría en buenas condiciones a los decisivos Maxi Rodríguez e Ignacio Scocco. Y el uruguayo estuvo en lo cierto, puesto que los símbolos leprosos fueron los dos jugadores que menos intervinieron con la pelota: durante todo el partido, apenas participaron con 25 y 33 toques respectivamente.
En esa emboscada cordobesa sobre el juego interior leproso, Talleres sabía que si tanto Pérez como Moreno no giraban, la única opción que les quedaba era jugar hacia los costados para ubicar a los laterales. Ángelo Gabrielli y Mariano Bittolo fueron los que más intervinieron con pelota, pero su participación fue mayormente en campo propio: no ganaron metros, permanecieron en la línea de los volantes y a la hora de las pérdidas, los de Medina los doblaron con el tándem entre laterales y extremos. El mapa de calor de los punteros, comparado con partidos anteriores, es más que elocuente.

Volviendo a poner la lupa sobre Pérez y Moreno, en sus bajos niveles se explica gran parte del mal rendimiento. PP8 no pudo imponer su ritmo ni a partir de sus pases ni a partir de los duelos individuales, donde perdió ante los volantes de “la T”. Por el lado de la joya, su trabajo en el interior izquierdo fue muy mejorable. Tampoco se impuso en los duelos, estuvo impreciso en las entregas y apenas pudo ponerse de cara a la jugada. Sus flojas tareas también se entienden desde la interacción con Julián Fernández, el vértice de ese triángulo de la mitad de la cancha que también estuvo bajo. ‘Juro’ cerró su debut en esta Copa sin intercepciones, con apenas la mitad de los duelos ganados (7 sobre 14) y un porcentaje de acierto en el pase por debajo del 75%. Ese “rombo” pensado por Frank Kudelka que tiene a Fernández y a Maxi Rodríguez en los vértices, no se vio. Como los interiores jugaron en horizontal, los laterales no pudieron ganar metros y la ‘Fiera’ terminó participando a cuentagotas. Scocco quedó anclado en la izquierda y la Lepra, en definitiva, acumuló futbolistas en los carriles interiores sin que gravitasen en el juego. Al perder la pelota, Talleres sólo necesitaba cambiar la orientación para encontrar a sus extremos con espacios por las bandas para hacer daño.

El otro factor que fue decisivo fue lo anímico. El fútbol, como casi todo, es un estado de ánimo. Y en ese aspecto fue donde Newell’s penalizó su mal partido tras la expulsión de Fabricio Fontanini. La media hora que sucedió a la baja del defensor marcó un colapso donde se perdió absolutamente el control de lo que ocurría en el partido. Lo que se evidenció en la secuencia que antecede al gol de Tomás Pochettino, donde la Lepra tras encontrar el empate inmediatamente sube a presionar alto aún con inferioridad numérica, lo que se tradujo en mucha facilidad para que los cordobeses salteen esa línea de presión y encuentren al volante de frente al arco para desnivelar el marcador. Tras esa secuencia, a Newell’s el partido se le fue definitivamente de las manos: errores individuales, faltas y un equipo descompuesto en ataque y en defensa cerraron una noche para el olvido. Ésta y demás razones son las que explican una noche complicada para el elenco de Frank Kudelka. La diferencia no fue física, sino futbolística. La supremacía cordobesa desde el pizarrón se trasladó a lo mental, conforme las situaciones del partido fueron favoreciendo a los locales.
El primer capítulo en esta Zona 4 es una página que la Lepra deberá pasar rápido pero tener presente de cara a lo que viene. Ahora le toca la chance de mejorar el nivel de local, ante el duro Boca Juniors. Remendar la zaga central, ajustar en donde deba y competir hasta el final serán las premisas de cara a su domingo.
Planeta Newells | A Dos Canchas