Fabián Garfagnoli asumió el desafío de conducir un equipo que venía mal estructurado, no de los últimos partidos sino hace un largo tiempo ya, con una estructura endeble y cuestiones tácticas muy elementales. La tarea no era sencilla, en el encuentro anterior intentó con un 4-3-3, una idea que parecía acertada pero que en unas pocas prácticas difícilmente hubiera podido establecer diferencias notables, fue un pálido empate contra un rival de poco nivel que dejó malas sensaciones.
En el horizonte asomaba el segundo partido, Banfield el rival. Era momento de demostrar cuán convencido estaba el DT interino del plan que utilizó, demostrado quedó que había muy poca claridad en las ideas, Garfagnoli eligió volver a formato Llop con un 4-4-1-1, tal vez pensando en reducir espacios en zona defensiva al rival que tenía en Bertolo y Cvitanich dos grandes jugadores. Como si se hubiera visto un partido de hace 2 o 3 semanas atrás (o mas tambien) esa fue la imagen que reflejó Newell’s.
Dos mediocampistas interiores, Bernardello mas retrasado de buena labora y Sills mas adelante con tareas impropias para sus características. Los mediocampistas por las bandas que dependen mucho del 1 vs 1 para progresar ya que no tienen apoyo por dentro o por fuera. Un punta como Leal que se mueve bien, pero en cada momento que abandona su zona no hay llegada de otros compañeros y el ataque queda despoblado. Todos errores que tienen que ver con lo estructural y por conexión directa con lo individual, es imposible lograr rendimientos altos en un equipo que se mueve mal por el terreno de juego.
Todo esto, deberá ser resuelto por el nuevo DT, Omar De Felippe. Deberá dotar al equipo de herramientas y conceptos de juego para aumentar los rendimientos individuales y la confianza, un bien sumamente importante para un futbolista, la confianza lleva al atrevimiento a hacer cosas en lugar de dudar y no poder tomar decisiones correctas.
Párrafo aparte para Joaquín Torres, quien perdió la pelota en el gol de Banfield por un exceso en el traslado y la gambeta. Un jugador muy hábil que abusa de ese talento porque constantemente intenta jugadas individuales que no se traducen en ningun peligro ofensivo, ser buen futbolista va más allá de la habilidad, se necesita saber utilizarla para distinguir cuando hacer una gambeta o cuando dar el pase, cuestiones que tienen mucho que ver con lo formativo y ya deberían saberse mucho antes de llegar a primera división.
Todos los días aprendo algo nuevo. Miro, escucho y leo. Hablar con fundamentos, así en la vida como en el fútbol. Ganar no se elige, como jugar si.