Newell’s cayó 3 a 0 ante Argentinos Juniors. El equipo de Sebastián Méndez tuvo una penosa presentación y sumó otra dura derrota. En un partido para el cual hubo más tiempo de preparación y donde se esperaba que el equipo comenzara su recuperación, ocurrió todo lo contrario y se dio por terminado el ciclo del entrenador. Un encuentro para el olvido, especialmente después de que el local abriera el marcador. El rendimiento individual y colectivo fue más que preocupante, y la goleada fue justa para Argentinos, que está lejos de ser un equipo temible.
- El planteo de Méndez: Probó con la sociedad Banega-Miljevic y no funcionó. La ausencia de un mediocampista de marca se notó. Cedrés quedó muy solo a la hora de recuperar, y Banega no aportó ni en marca ni en juego, además de su flojo manejo de la pelota parada.
- El factor anímico: En este largo 2024, el equipo decae anímicamente minuto a minuto. Tras el primer gol de Argentinos (a los 18 minutos del primer tiempo), ya se veía que el resultado sería irreversible. Un cambio de entrenador puede otorgar un pequeño impulso anímico, pero no será la solución necesaria en este aspecto.
- La defensa: Partido espantoso, principalmente para Velázquez. El paraguayo perdió un duelo clave en el primer gol del Bicho y estuvo muy inseguro durante todo el partido. Flojos también los laterales, con poca producción en la proyección.
- El ataque: Esta fase se construye desde la salida. Hoy debía ser Banega quien iniciara el pase, pero llamativamente Newell’s intentó comenzar los ataques por fuera, donde se encontró con un rendimiento horrible por parte de los extremos. Tanto Besozzi como Cardozo no pudieron generar ni una sola ocasión de gol. Tampoco funcionó Miljevic, quien hasta ahora parecía ser el jugador más claro de Newell’s. Ramírez, por su parte, además de jugar un mal partido, perdió la pelota que derivó en el primer gol.
- El debut de Valentino Acuña: En el peor contexto posible le tocó debutar al prometedor juvenil leproso. Una decisión muy cuestionable por parte del entrenador al hacerlo ingresar perdiendo 3 a 0, con un equipo que estaba prácticamente desmoronado en el campo de juego.