El equipo rojinegro sumó otra derrota, esta vez contra el “Globo”, jugando de local. El foco de la noche estuvo en la reacción de la hinchada, harta de lo que se vio en cancha. Aunque futbolísticamente Newell’s empezó mejor, un error grosero de Macagno les costó el primer gol en la única llegada de Huracán. Después de ese golpe, todo se vino cuesta arriba. El clima se puso pesado con los reclamos de la tribuna, y el nerviosismo ayudó a que el visitante metiera el segundo. Antes del cierre del primer tiempo, Juanchón García descontó de cabeza.
En el arranque del segundo tiempo, la Lepra seguía en partido y había esperanzas si corregían el retroceso. Pero la ilusión duró poco: a los cinco minutos, Huracán metió el tercero, y a los diez, con otro contragolpe y otro error de Macagno liquidaron la historia. Un cabezazo de Ramírez puso el 4-2 definitivo, pero la reacción de la gente fue lo que más marcó la noche. Con peleas en la tribuna, cantos contra la dirigencia y hasta hinchas metiéndose en la cancha, quedó claro el malestar. El presente futbolístico de Newell’s es preocupante y parece que este 2024 seguirá en caída.
- El planteo de Lunari: Tras el mal partido en Santa Fe, el técnico metió mano y puso a Banega y Cedrés, además de Martino en defensa. Sin embargo, los problemas de siempre siguieron: poca marca en el medio y errores atrás que Huracán no perdonó.
- Las situaciones: A pesar de la mala noche defensiva, Newell’s generó chances. Miljevic, que volvió a ser el mejor del equipo, lideró con asociaciones junto a Silvetti y Martino. Pero como en otras ocasiones, la falta de efectividad y un poco de mala suerte (palo y travesaño incluidos) les pasaron factura.
- Macagno: La noche del arquero fue para el olvido. Erró en el primer gol al calcular mal el centro, se tiró antes en el segundo, y en el cuarto, la pelota se le escurrió de las manos. Los hinchas se lo hicieron saber durante todo el cotejo
- El retroceso: Más allá del partido de Macagno, quedó claro que el equipo defiende muy mal. Huracán se hizo un festín cada vez que atacó y tuvo, siempre que se lo propuso, jugadas mano a mano con el arquero.
- La reacción del hincha: La paciencia de la hinchada se agotó y el Coloso explotó en insultos y silbidos. Banega fue el blanco principal, seguido de la dirigencia. La bronca llegó al punto de que algunos hinchas saltaron al campo para pedir más actitud. Miljevic se llevó los únicos aplausos de la noche, destacándose en un equipo que parece perdido.