En la Lepra hay vientos de cambio, Kudelka modificó los ánimos con su llegada, de eso ya no hay dudas. Una vez más, el Rojinegro se trajo una paridad de un reducto complejo y aún así, a pesar del 1 a 1, la cara de los protagonistas al salir de la cancha fue de desazón. Saben, como sucedió también en el clásico, que los tres puntos pudieron haberse dado. Jugar de visitante y enfrentarse ante rivales difíciles, dejo de ser obstáculo, para transformarse en una oportunidad.
Esta vez, para Ñuls el desafío era la versión muleta de Boca. Claro, entendiéndose, que lo muleto en la Ribera es titular en cualquier otro club. Pero, sea como sea el título, la verdad es que el elenco del Parque no le importó demasiado el contexto del adversario e impuso condiciones en base a un asfixiante marca en diferentes zonas de la cancha, pero sobretodo, con mayor éxito en la zona ofensiva. Así tuvo varias chances y fue superior por un buen tramo a un Xeneize totalmente aletargado por un andamiaje endeble.
Newell’s tuvo sus chances, pero no pudo terminarlas bien desde lo técnico de la definición, o se realizaron pases erróneos que pudieron haber alterado la historia. Esto dio pie a que luego Boca pusiera chapa y demostrara entre otras cosas por qué es líder: en la primera situación neta de gol anotó la diferencia mediante Izquierdoz. Ese mazazo, sumada a que segundos atrás había sufrido la lesión de unos de los pilares del sistema de presing, Cacciabue, significó que jamás se pudiera volver a recuperar desde lo futbolístico y anímico. Para colmo de males, en el final de la primera parte, Maxi Rodríguez, quien no debe fallar por sus probadas credenciales, perdió la chance del empate. ¿Habría más oportunidades luego? Una mejor, complicado…
Y realmente fue así. Tuvo muy pocas Newell’s y el partido en si mismo, porque Boca equilibró la mitad de la cancha y a la vez, no tenía suficiente juego para liquidar la situación. La Lepra lucio pérdida por varios segmentos, un poco corrida de su mejor libreto, sin embargo seguía estando en partido.
Kudelka empezó a mover fichas, es que Newell’s intentaba recobrar protagonismo, pero de todas maneras, le costaba. Así fue como se decidió a hacer su primer movimiento fuerte desde que está en el equipo. Cambió esquema, tiró al blanco y le salió bien. La jugada del gol comenzó por la derecha, y la terminó con su carrilero opuesto, una rareza para la era FDK: por primera vez en el torneo cambiaba drásticamente de táctica, y le dio la chance a Insaurralde, que no la desaprovechó. Sí, Insaurralde le hizo romper la racha de valla invicta a Andrada…fútbol.
Un punto en la Bombonera que vale oro. Si se contempla el pasado cercano, será hasta festejado; si se ve la curva ascendente que toma el equipo, se dirá que es una lástima. Fuera cual fuera la elección tomada, hay una situación que parece evidente: Newell’s ya tocó su piso y las buenas parecen estar dadas para llegar. No está salvado ni mucho menos, pero el camino parece ser auspicioso, y o sino, que lo diga el propio Kudelka: “Nosotros estamos para pelear arriba”, manifestó, en su momento, post Central.
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