El primer paso para el SuperColoso está en marcha. El Rojinegro puso en vista en ojos de todos cómo será el estadio que tendría una importante actualización, refuncionalización y ampliación. De la mano de los profesionales más prestigiosos de la ciudad y del mundo, Newell’s se propuso realizar uno de los proyectos más ambiciosos de su vida.
La iniciativa contempla la división de cuatro etapas. La finalidad es una: que resulte más económico y viable. Por eso mismo, la dirigencia de la Entidad del Parque se comprometió a realizar lo que se conoce como fase I, probablemente la más sencilla de las cuatro, pero al mismo tiempo, la más reclamada, necesitada y postergada por décadas.
En el mandato de Ignacio Astore se realizará la “tribuna alta norte”, los accesos independientes a los mismos y 24 palcos, de los cuáles 2 ya fueron finalizados para que sean utilizados como “showroom”.
Aún no es posible calcular con precisión cuál será la capacidad total de esa tribuna, pero entendiendo que en total podrán acceder alrededor de 51.000 y que habrá 2.200 lugares que serán de los palcos, se entiende que podrán ingresar al menos 8.000 personas más.
Paralelamente, también se sabe que mientras se realice la obra no será necesario cambiar de localía -tal vez sí, deba haber un recorte de personas que ingresen- y que dichas obras comenzarían el primer trimestre del 2023, con el desembolso de entre 1,5 y 2 millones de dólares.
EL RESTO DEL PROYECTO
Está claro que un estadio de tal magnitud no se construirá de un momento a otro. Cómo dijo el arquitecto Mario Corea, a quien el presidente Rojinegro ubicó entre los 10 mejores del mundo, depende todo de su funcionamiento. Claro, el mismo costaría un total de 20 millones de dólares y si bien se podría realizar todo el trabajo en tres años calendario, juntar todo ese dinero lógicamente no será igual. Por eso mismo, desde la dirigencia no dudaron en decir que se comprometen a realizar ni más ni menos que la segunda bandeja, y que al mismo tiempo, dejan el camino escrito para que lo prosiga la próxima dirigencia.
Ahora, ¿por qué la realización de un proyecto, cuando no está claro quién lo culminará? Porque la idea en la cabeza de Astore es que Newell’s no puede pensar en la simple realización de una tribuna sin comtemplar los efectos secundarios, sin pensar en el que el estadio alguna vez tendrá que pensar en grande y rediseñarse. Por eso mismo, las próximas etapas prevén el crecimiento en otras áreas, posiblemente no palpables por el hincha desde el vamos, pero que componen toda la génesis.
En sintonía con lo expresado, la siguiente etapa prevé el traslado del “polideportivo norte”, por el momento cerca de la zona de piscinas y el reacomodamiento de los vestuarios en el sector este. Algo similar ocurre en el sector oeste, con una modernización profunda de la zona, que incluye un hall de ingreso, palcos de última generación e incluso el estacionamiento subterráneo. El final se encargará de cuestiones más accesorias, aunque interesantes: una cubierta liviana que se encargue de tapar el sol, la lluvia y cualquier inclemencia climática.
Otros detalles secundarios, son que según lo manifestado por Corea, no solo el plan involucró no tener la necesidad de mudarse en partidos oficiales, sino que tampoco habrá una mayor invasión del espacio público.
En definitiva, el primer paso se construyó. Los grandes sueños tienen también que tener su primer granito de arena y Newell’s, ya lo colocó. Ahora será cuestión de trabajo, tiempo y mucho ilusión, mientras tanto…el SuperColoso está en marcha.
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