Un 9 de julio de 1991 Newell’s hizo historia y, se convertió en el primer equipo en dar la vuelta olímpica en el Alberto J. Armando frente a las narices de los hinchas xeneizes, consagrándose campeón tras vencer al Boca de Tabárez por penales con una histórica actuación de Norberto Scoponi.
Tres días antes se había jugado la ida de la final en Arroyito, donde el cuadro dirigido por Marcelo Bielsa doblegó a su rival por 1 a 0, con un cabezazo del Toto Berizzo que finalizó en gol.
El 9 de julio de 1991 llovía. Faltando una hora y media para el inicio del partido la cancha de Boca explotaba de gente. Seis mil hinchas de Newell´s llenaron la bandeja superior que da al Riachuelo, el resto todo de Boca. Lamolina, árbitro de la final, salió a verificar el estado del campo de juego y confirmó que se jugaría.
En ese año, se jugó la Copa América en Chile, en ella, la selección Argentina dirigida por Basile se consagró campeona, y dentro de la lista de jugadores campeones, se encontraban Batistuta y Latorre por el lado de Boca mientras que, por el costado leproso, Gamboa y Franco.
Esta convocatoria, los imposibilitaba de participar de esta final y, por tal razón la AFA dispuso que los finalistas tengan la facultad de contratar hasta 2 jugadores para reemplazar a los seleccionados.
Marcelo Bielsa decide no incorporar a nadie y arreglarse con las reservas de su plantel. Boca en cambio, contrata en reemplazo de Latorre, al volante ofensivo Gerardo Reinoso, de Independiente y, para reemplazar a Batistuta consigue los servicios del goleador del Flamengo, Roberto Gaúcho.
El estado del campo de juego no era el óptimo para jugar un encuentro tan importante, puesto que se encontraba muy embarrado, producto de la gran cantidad de agua caída sobre el mismo.
La lesión del Tata Martino, y un escandaloso arbitraje de Lamolina, quien pasó por alto un claro penal a Pochettino, parecían torcer el rumbo del cotejo a favor del local, y esto parecía confirmarse en los minutos finales, con el gol que convertiría Boca, obligando a jugar el alargue por el empate en el global.
En el tiempo suplementario no se sacaron diferencias, y el partido se definiría a través de una tanda de penales.
Allí la figura fue el gringo Scoponi, arquero leproso, que le detuvo a Graciani el primer lanzamiento de la tanda, posteriormente Berizzo puso en ventaja a Newell’s, e instantes después a eso, Scoponi nuevamente se quedó con un remate rival, conteniendo el penal de Claudio Rodríguez.
Llop marcaría el 2 a 0; Giunta puso el descuento para Boca; el negro Zamora estampó el 3 a 1 rojinegro y finalmente, con Walter Pico frente a la pelota, llegaría uno de los relatos más recordados de la historia leprosa:
“Si no convierte, si ataja Scoponi, Newell’s Old Boys será el campeón argentino. Picooo, Newell’s campeón”

Y se desataría así la algarabía del pueblo leproso presente en aquella tarde – incluidos los jugadores – y además la de miles de almas rojinegras que se habían quedado en Rosario.
Y sobre Marcelo Bielsa, que más se puede decir que ya no se haya dicho sobre el loco…
Se animó a formar la dupla central de aquel torneo con Gamboa, de 20 años, y Pochettino, de 18. Franco, Berizzo, Garfagnoli, Ruffini, Saldaña y Zamora, todos ellos piezas clave en el ciclo, no superaban los 24 años. A esa juventud talentosa le agregó la experiencia de Martino y Scoponi y los resultados no tardaron en aparecer.
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Escribí sobre Basquet en DyO NBA y AmamosElBasquet