Un milagro. Eso pareciera necesitar Newell’s para volver a ganar de visitante. Al menos esa es la sensación que dejó el anochecer de domingo en el Estadio Juan Domingo Perón. El elenco dirigido por Omar De Felippe le quitó la pelota al líder, lo metió contra su arco en buena parte del partido pero aún así volvió a padecer en una pelota parada en contra. Una película que volvió a repetirse y parece ser una constante. A continuación, la lupa puesta sobre los protagonistas.
Alan Aguerre: No tuvo incidencia en el resultado, nada que hacer en el gol. Estuvo atento en cada envío aéreo y respondió bien ante los embates desde afuera. Generó ventajas interesantes jugando en largo desde el saque de arco.
Facundo Nadalín: Muy correcto en el uno contra uno, una vez más. Nuevamente volvió a carecer de un Amoroso que brinde opciones para todas sus trepadas. Tuvo errores no forzados en algunas entregas. Quedó emparejado con Jonathan Cristaldo en el córner que desemboca en el gol.
Teodoro Paredes: Se impuso en todos los duelos. Estuvo prolijo a la hora de despejar por alto y por bajo cometió algunos errores. Dispuso de una opción de gol clarísima cuando Javier García desvió un furibundo testazo suyo. Poca ductilidad con pelota en los pies, sobre todo en situaciones de urgencia como durante el segundo tiempo.
Fabricio Fontanini: Seguro en los cruces y a la hora de achicar. Las deficiencias que mostró fueron todas con la pelota en sus pies, siendo impreciso en algunas entregas y mostrando poca aptitud para conducir y pasar en el complemento y con el trámite 0-1.
Mariano Bíttolo: Mucho criterio con balón, sobre todo en la primera etapa. Acertado en la presión sobre Matías Zaracho primero, y Ricardo Centurión después. Sus proyecciones quedaron en la nada por el mal partido de Leal y los desencuentros de Fértoli.
Hernán Bernardello: Ante un gran Cacciabue y una labor de Formica muy predispuesta a presionar, se limitó a situarse como 5 posicional. Mucha interrupción y pocos quites, una labor que ya se le conoce pero que da la sensación de que es insuficiente. A la hora de jugar en corto, muchos errores no forzados. Ya con el partido volcado hacia el área rival, se situó como tercer central entre Paredes y Fontanini, pero se mostró muy errático a la hora de garantizar la salida que ese movimiento pide.
Jerónimo Cacciabue: La figura de Newell’s. Despliegue y dinámica para salir a presionar y que Newell’s adelante líneas. Con su juego a dos toques aparecieron los espacios para los hombres de ataque. Muy atento para bloquear las entregas de Marcelo Díaz.
Joel Amoroso: Retrocedió con disciplina, pero a la hora de atacar volvió a cometer sus mismos errores de siempre. Persiguió a Alexis Soto muchas más veces que las que lo atacó.
Mauro Formica: Funcionó a cuentagotas. Fue fundamental su despliegue para encabezar la presión en el primer tiempo, yendo sobre Marcelo Díaz y cubriendo la línea de pase de los zagueros. Con pelota no estuvo fino y un escueto partido de sus acompañantes en ataque lo privó de asociaciones.
Héctor Fértoli: Las buenas intenciones de siempre, pero más errático que algunas veces. Perdió más de lo que ganó en el uno contra uno y no fue capaz de combinar con Bíttolo. En el segundo tiempo perdió una oportunidad clarísima por llegar mal pisado a la zona de definición.
Luís Leal: Su peor partido desde que llegó a la institución. Con cierta displicencia, no ofreció ventajas recibiendo al pie ni atacando al espacio. Estuvo de cara al gol tanto en un tiro libre como sólo ante el arquero caído y no pudo torcer su estadística. En el cuerpo a cuerpo la pasó mal contra pesos pesados como Leonardo Sigali y Lucas Orban. Cuando compartió frente de ataque con Oviedo, juntos parecieron neutralizarse más que complementarse.
Víctor Figueroa: Al igual que en Sarandí, su ingreso se dio en un marco de anarquía táctica. En apenas 20 minutos dispuso de un cabezazo que desvió García y con pocas intervenciones inició ataques.
Alfio Oviedo: Por sus características, a la hora de su ingreso se vaticinaba que iría a situarse entre los centrales para estirar a la defensa académica y suponer un riesgo aéreo. Lejos de eso, se situó por detrás de Leal y lejos del área, donde demostró deficiencias a la hora del traslado del balón y movimientos poco afines a esa zona del campo. Aún así, le cometieron un claro penal y tuvo un mano a mano al que llegó mejor pisado pero terminó en manos de Leal.
Alexis Rodríguez: Poco pudo hacer en 11 minutos. Algunas corridas interesantes por el sector de Lucas Orban (cuando ya jugaba como lateral). Se movió con desparpajo pero sus intentos fueron más por empuje que por juego.
Omar De Felippe (DT): Era difícil de entender el parado del 11 inicial, repitiendo casi el mismo equipo del jueves y sacrificando sólo a Rivero. Nuevamente volvió a plantear bien tácticamente un partido ante un equipo grande (antes Independiente dos veces y Boca), pero la poca jerarquía, el poco peso ofensivo y los yerros arbitrales de la terna de Silvio Trucco volvieron a atentar contra la planificación. Los cambios fueron ‘lógicos’ en función del escenario pero no resultaron efecto. ‘Don Omar’ no se pone plazos más allá de diciembre, pero la situación comienza a ser crítica por lo magro de las actuaciones fuera del Coloso. La derrota en el Clásico, los cero triunfos fuera de casa y las incongruencias en el juego son un cóctel explosivo que condiciona día a día la credibilidad del DT.
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