Luego de una derrota tan categórica como la sufrida por Newell’s ayer, es imprescindible tener claro qué fue lo que sucedió. En una tarde que comenzó festiva y terminó de la peor manera, Newell’s cayó goleado ante uno de los rivales más flojos de este certamen y en un duelo clave por la permanencia. La Lepra repitió patrones que lo complicaron ante Banfield, en un primer tiempo donde le sobró vértigo y ansiedad y le faltó fluidez ante un Lobo que igualó todo a partir de la intensidad. Para colmo de males, al mal juego en la segunda etapa le llovieron los accidentes: falló la columna vertebral compuesta por el arquero y los dos centrales, y todo el equipo se desplomó ante un rival que fue implacable. Tres goles en tres ataques consecutivos de Gimnasia liquidaron -de manera exagerada- la faena en 60 minutos y todo lo que vino después estuvo de más. A continuación, el análisis de cada uno de los protagonistas rojinegros luego de una caída sin atenuantes.
Alan Aguerre: No pasó mayores dificultades en la primera parte, y en el tanto de Contín el rebote lo deja sin chance alguna de intervenir. Al igual que toda la defensa, no transmitió seguridad en el fatídico complemento y los delanteros de Gimnasia lo sometieron. Pudo hacer más en el tercer y el cuarto tanto.
Ángelo Gabrielli: La actuación individual más floja de todas. El charrúa tuvo una tarde para el olvido: 4 faltas, 30 pelotas perdidas e infinidad de errores en las coberturas y los cierres. Sufrió en todos los duelos individuales, primero ante Matías García y luego con Matías Miranda.
Cristian Lema: Comenzó aportando claridad y seguridad en sus pases y finalizó la noche con pérdidas no forzadas, perdiendo duelos y siendo superado a campo abierto por los delanteros triperos. Uno de los que más acusó el desconcierto general.
Santiago Gentiletti: En los partidos anteriores se lo destacó por su capacidad para anticiparse a las jugadas y por la serenidad y la confianza que transmitía. La noche de ayer no fue el caso: ante su ex club se lo notó inseguro a la hora de adelantarse y mantener la coordinación con toda la zaga. Fue superado en el duelo físico tanto por Contín como por Tijanovich.
Mariano Bíttolo: Hasta este partido, uno de los más regulares del proceso con Kudelka. No obstante, ayer fue uno de los tantos que pagó caro las desatenciones. Si bien en ataque aportó más que Gabrielli, defensivamente ambos dejaron mucho que desear. Su actuación se pareció mucho a las que lo pusieron en el ojo de la tormenta con Omar De Felippe y Héctor Bidoglio. Sus envíos aéreos no pesaron en ataque.
Aníbal Moreno: Fue el mejor del equipo en los 50 minutos donde Newell’s compitió. Con su dinámica y empuje ayudó a clarificar dentro de una estructura que fluyó poco y se estancó cada vez que quiso acelerar. Al igual que la mayoría, su rendimiento se desplomó con esos diez minutos fatales.
Julián Fernández: El mal partido de los centrales y los despistes permanentes de los laterales lo obligaron a tener que ser muy preciso en la primera etapa y a correr de más en la segunda. Junto con Moreno, de los pocos a los que no le faltó entrega. Pero su trabajo, por la monotonía general, lo obligó a estar más atento a apagar los incendios de mitad de cancha hacia atrás que en preocuparse por distribuir y gestar jugadas de ataque.
Denis Rodríguez: Su partido fue mejor en números que en lo que la dinámica del partido dejó ver. Esta vez, sus intermitencias quedaron muy en evidencia por lo grosero del resultado y por el escenario reiterado de poca profundidad y elaboración del equipo en la primera parte. 85% de efectividad en las entregas y 4 pases clave. Junto a Bíttolo, dispusieron de 13 tiros de esquina que no se tradujeron en situaciones de peligro.
Lucas Albertengo: Se volvió a evidenciar que juntarlo con un jugador de las características de Salinas resta más de lo que suma. El “Flaco” se siente cómodo partiendo como extremo. pero su repertorio incluye diagonales hacia dentro y constantes cambios de posición que el “Potro” no aporta.
Rodrigo Salinas: Intervino poco y fue absorbido por los centrales rivales. En este tipo de escenarios, el modelo de juego que se propone le exige más movilidad y mejor complementaridad para con Maxi y Albertengo. Quedó más que claro que es un delantero de último toque.
Maxi Rodríguez: Un partido muy apagado del capitán, que intervino poco. Dentro de la poca participación que tuvo, formó parte de las pocas jugadas en las que Newell’s tuvo paciencia y asociatividad para gestar.
Mauro Formica: Ingresó en el complemento y no tuvo chance alguna de torcer la historia luego de esos minutos fatídicos donde el marcador pasó de 0-1 a 0-4. Más allá de eso, no se lo notó al cien por ciento físicamente. Así como su ingreso con gol en Paraná fue un aliciente para su confianza, un puñal como el que sufrió el equipo ayer también la hace mermar.
Luís Leal: Ingresó por Salinas pero en las pocas jugadas en las que intervino lo hizo como extremo derecho. No gravitó.
Lucas Villarruel: Ingresó por un exhausto Aníbal Moreno para ordenar una mitad de cancha que no tenía contención ni juego pese a que el partido ya estaba definido.
Frank Kudelka [DT]: Recibió el cachetazo más contundente desde que está en Newell’s y posiblemente uno de los más duros de su carrera. Todo lo que ocurrió previo al partido fue un condicionante pero que nada tiene que ver con la producción futbolística ofrecida. En el primer tiempo, el equipo cayó en los mismos vicios que tuvo ante Banfield: circulación espesa, poca claridad para acelerar y el apuro de varios de los futbolistas. Para colmo, cuando Newell’s comenzó a hacer pie en el partido, llegó la apertura del marcador tripero. En el complemento, y al revés de lo que se podía conjeturar en función del espectáculo previo, llegaron las peores distracciones. Nula coordinación entre líneas, falta de apoyos en la salida, despejes erróneos y un desconcierto generalizado del equipo que sorprendió a propios y ajenos. Newell’s dio un paso en falso y recibió un duro puñal justo en una de las noches más festivas en muchos años. Tanto cuerpo técnico como jugadores deberán hacer autocrítica y atender los tres indicadores que más llaman la atención en los últimos partidos: las dificultades en la gestación ante rivales que la estorban, la poca complementaridad entre los delanteros y la falta de eficiencia que se nota a la hora de las ejecuciones de pelota parada. En una noche negra, la mejor noticia para Newell’s es que la revancha es inmediata: el domingo ante Talleres, la posibilidad de recuperar el terreno perdido.
Planeta Newells | A Dos Canchas